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Ministerio de Salud emite alerta sanitaria por aumento de casos de Listeria en un 25%
El documento fue enviado a los distintos departamentos de salud, Seremis, encargados de epidemiologías, Acción Sanitaria y a la División de prevención y control de enfermedades.
Martes 5 de enero de 2016
El ministerio de Salud emitió a todos sus organismos una alerta sobre el aumento de casos de Listeria monocytogenes, debido al aumento en un 25% de casos en comparación con el periodo anterior. En 2015 hubo 65 personas afectadas por esta bacteria, mientras que en 2014 hubo 52.
Del total de casos, el 45% corresponde a la región Metropolitana, seguido con un 11% de la región de Valparaíso. Otras regiones que presentan casos fueron: Tarapacá, Coquimbo, O´Higgins, Maule, Biobío, Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, presentando 20 casos, un 31%.
El documento afirma que se debe alertar a la red de vigilancia, tanto establecimientos públicos como privados, reiterando la obligatoriedad del envío de los aislamientos clínicos identificados en los laboratorios de la red pública y privada al Instituto de Salud Pública (ISP), para confirmación de cepa y realización del estudio genético correspondiente, de acuerdo al decreto supremo N°158.
La presidenta de la Sociedad Chilena de Infectología, Dra. Jeanette Dabanch, afirmó que "no hay un brote en Chile, pero como es una bacteria que está relacionada con alimentos, implica que uno debe estar más atento para que no se produzca desde una fuente común un aumento de los casos".
"Este no es un número esperable, porque está sobre el número de casos, la listeria es una enfermedad de notificación para el ministerio de Salud desde hace algunos años, y depende mucho para su detección de los cultivos en los hospitales, de la capacidad que tengan los laboratorios de identificarla y por supuesto de los equipos de salud que están detectando esta bacteria", argumentó la presidenta de la Sociedad Chilena de Infectología.
Los establecimientos y laboratorios deberán informar oportunamente a la Secretaría Regional Ministerial (Seremi), correspondiente frente a la presencia de nuevos casos para realizar investigación epidemiológica e identificar alimentos asociados.
La Listeria monocytogenes es un patógeno ubicuo que puede contaminar alimentos, especialmente los llamados "listos para el consumo", definidos como aquellos que no requieren tratamiento previo a su ingesta. Entre estos: Leche no pasteurizada, quesos blandos y untables como brie, camembert, roquefort, azules; frutas y verduras sin lavar, ensaladas pre-elaboradas, patés y untables de carne refrigerados y mariscos ahumados.
Los grupos de mayor riesgo de infección, como las embarazadas, recién nacidos, pacientes con enfermedades crónicas o inmunodeprimidos (cáncer, VIH, hemodiálisis, trasplante de órganos) y adultos mayores pueden enfermarse de manera grave como sepsis y meningitis.
El docente de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, Andrés Voisier, explicó que "Es una bacteria que tiene la particularidad que puede multiplicarse con bastante facilidad a temperatura de refrigeración, es decir, entre 0 y 5°C. Además, de su elevada termorresisntencia. Pero esta bacteria no sobrevive a la pasteurización".
Además, el docente USS agregó que "esta bacteria produce infecciones alimentarias asociadas con el consumo de leche y productos lácteos que no han sido elaborados con un tratamiento térmico adecuado. El origen de esta bacteria está en el suelo, tracto digestivo de humanos y animales, aguas servidas, vegetales, agua dulce y de mar, comida animal y alimentos frescos y procesados, cecinas, entre otros".
Cabe destacar que las fuentes de transmisión son por ingesta de alimentos contaminados en cualquier fase de la cadena alimentaria, durante la producción, procesamiento, distribución y preparación para el consumo. Manos de los manipuladores y alimentos cocidos que se contaminan tras proceso térmico.
Los alimentos implicados pueden ser leche cruda y productos lácteos elaborados con leche sin pasteurizar, aves, verduras, pescados, alimentos refrigerados, carnes crudas y pescados ahumados.
Además, los métodos de prevención están orientados a las buenas prácticas de higiene en la elaboración de alimentos, buenas prácticas de limpieza y desinfección. Prevención de contaminación cruzada (traspaso de patógenos de un alimento contaminado a otro), pasteurización de la leche, compra de productos en locales autorizados, lavar utensilios y superficie de trabajo, limpiar refrigeradores y lavar frutas y verduras.