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¿Qué es el burnout y cómo nos afecta en el trabajo?
El burnout es un tipo de depresión por estrés que tiene un impacto no sólo a nivel personal y laboral sino también organizacional. “Es un estado de desgaste que se caracteriza por la sensación de fatiga crónica y en un nivel extremo”, señala el académico USS, Pablo Mardones.
Domingo 1 de agosto de 2021
Hace poco más de dos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció al burnout o síndrome de desgaste profesional como una enfermedad. Se sabe de su existencia hace 50 años, cuando comenzó a ser investigado por el psiquiatra estadounidense de origen alemán, Herbert Freudenberger.
Pablo Mardones, académico de la Facultad de Psicología de la Universidad San Sebastián dice que el burnout “es un estado de desgaste que se caracteriza por la sensación de fatiga crónica y en un nivel extremo. Puede llevar a la aparición de problemas afectivos, preocupación constante, cuadros de ansiedad y desde el punto de vista cognitivo, pueden aparecer déficits de memoria, atención y concentración”. Asimismo, en el plano conductual se manifiesta a través de una disminución en el desempeño de las personas en sus labores o funciones.
Por eso, el psicólogo enfatiza que hay que entenderlo como “una experiencia extrema del estrés” que va acompañada de agotamiento, inefectividad y percepción o falta de logro de las personas en el trabajo y en ese sentido “podría ser descrito como una especie de depresión por estrés”. A esto hay que sumar la aparición de ausentismo, presentismo y eventualmente el consumo de drogas, alcohol u otras sustancias.
Burnout: Mirada organizacional
Pablo Mardones indica que el burnout también tiene un impacto en el plano organizacional porque se produce una merma en el desempeño de la persona afectada, junto con mayores niveles de ausentismo, problemas en las relaciones interpersonales y más tensiones al interior de los equipos de trabajo.
En la actual situación de pandemia, hubo un cambio en el lugar de trabajo, lo que ha generado incompatibilidad o conflicto de roles en el hogar. Además, la ausencia de la comunicación cara a cara ha provocado un distanciamiento y cierto aislamiento social.
“Se produce un incremento de las demandas laborales, conflictos de roles, problemas para compatibilizar la vida familiar y personal y los tiempos de conexión a internet para trabajar se vuelven más difusos, lo que va generando un desgaste”, afirma el psicólogo.
Por eso, el académico de la USS enfatiza que es muy importante que las organizaciones se preocupen de la salud mental y, luego de hacer un diagnóstico, impulsen políticas internas para abordar este problema.