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Totalidad de hospitales de alta complejidad estarán acreditados en 2018
Así lo manifestaron autoridades de la Superintendencia de Salud al participar en X Congreso Calidad y Seguridad Asistencial, organizado por la Sociedad Chile de Calidad Asistencial (Soccas).
Martes 18 de octubre de 2016
El compromiso de que a 2018 todos los establecimientos públicos de alta complejidad del país estén acreditados para poder atender patologías de salud Auge estaría bien encaminado. Así lo manifestaron autoridades de salud en el X Congreso Calidad y Seguridad Asistencial, organizado por la Sociedad Chile de Calidad Asistencial (Soccas) y que se realizó en la U. San Sebastián.
En la oportunidad, el superintendente de Salud, Sebastián Pavlovic, comentó que en el 2014, menos del 20% de los hospitales de la red pública contaban con la certificación de calidad asistencial y a la fecha “más del 80% de los establecimientos de mayor complejidad están acreditados y durante este semestre esperamos que aquellos que no lo han logrado aún, lo consigan”.
Añade que ahora viene un desafío para los próximos tres años: que no sólo los recintos de alta complejidad, sino los de mediana y los centros de atención primaria logren su acreditación. “Esperamos que para los próximos 5 ó 6 años puedan también alcanzar la certificación para que podamos tener los casi 2.200 recintos de la red pública ya acreditados. Por lo pronto, para 2018 esperamos que el 100% de los recintos de alta complejidad, en la medida que quieran otorgar prestaciones del régimen de garantías en salud (Auge)”.
Como una segunda etapa, precisa Pavlovic, también quieren “tener la capacidad de medir si estamos logrando impactar disminución en calidad de camillas, infecciones intrahospitalarias o reingreso post operatorio. Según los primeros datos que tenemos de estos establecimientos (acreditados) es que ya hay un impacto, pero como Superintendencia lo que nos interesa para los próximos años es proponer algún mecanismo de evaluación de todos este esfuerzo dado la década que llevamos en esto”, dijo.
Por su parte, el coordinador nacional de calidad y seguridad del paciente del Ministerio de Salud, Jaime López, apuntó a que lo visto hasta ahora es “un avance significativo que tengamos más del 84% de los hospitales de alta complejidad acreditados. Es un esfuerzo enorme que ha hecho el país y de los equipos técnicos de los distintos establecimientos. Respecto de los rendimientos marginales de lo que significa llegar al 100%, nos va a demandar de lo que resta de año y probablemente del primer semestre de 2017 un esfuerzo mayor, ya que son establecimientos complejos, como el Guillermo Grant Benavente, el hospital más grande de Chile con 1.440 camas, pero estamos seguros que vamos a poder lograr la cantidad de establecimientos que se requieren que es el 100%”.
Agregó para el 1 de enero de 2018, “van a tener que estar acreditados todos los establecimientos de mediana complejidad, que son 25 en el país, y en 2018 todos los hospitales de baja complejidad, que son 99. Respecto a los de alta complejidad, tenemos 51 de los 62 acreditados. Hay seis que están en proceso y cinco que reprobaron en la primera evacuación que se les hizo, pero el decreto les permite seguir otorgando prestaciones GES hasta febrero, pero tiene que solicitar a la Superintendencia la posibilidad de volverse a acreditar”.
No todo es acreditación
Para el doctor Sergio Rojas, directivo del Colegio Médico de Chile, no todo es acreditación. Para él la evaluación si bien “es un gran paso que se ha dado para regular o certificar la calidad asistencial, creemos que falta mucho por avanzar. Una cosa es medir estándares, como si existe o no un extintor o escalera de emergencia, y otra cosa es construir una calidad de la atención, desde los pies del paciente y en ese aspecto lo que nosotros criticamos es que están muy poco involucrados los médicos; primero, hay una falta de fidelización a las instituciones por sobre todo, a diferencia de las condiciones de trabajo que las clínicas dan, y segundo, porque institucionalmente no existen los espacios para resguardar la calidad”.
Puntualizó además que “hay que recordar que los estándares de calidad tuvieron que bajar un 50% cuando se implementó la ley, si no ningún hospital se acreditaba, entonces, es un buen instrumento de medición, pero es el medio no el fin. El fin siguen siendo los eventos adversos, bajar los eventos centinelas, bajar la judicialización de la medicina. Me gustaría saber cuánto el gobierno está pagando por mediaciones, por arreglos extra judiciales en los hospitales”, sostuvo.
En tanto, el director ejecutivo de campos clínicos de la Universidad San Sebastián, Sergio Torres, asegura que al hablar de estándares “se habla de algo mínimo que se está exigiendo para dar una atención segura a los pacientes, donde estén cubiertos de todos los riesgos que puedan sufrir dentro de un establecimiento hospitalario, ya que la industria de la salud es una de las más riesgosas desde el punto de vista de tasas de accidente”.
Respecto de los peros que cita el Colegio Médico, Torres dijo que los comparte “y faltan otros aspectos, pero lo mínimo se está cumpliendo (…) todos los componentes y miradas aportan en mejoramiento de calidad asistencial, por eso esto debe ser transversal y multidisciplinaria. El enfoque de esta acreditación está asociado al paciente, por ello se pide un estándar para atender. El foco siempre es el paciente”.