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8 de cada 10 niños y adolescentes chilenos se sienten satisfechos con sus vidas
La Encuesta de Desarrollo Humano de Niños, Niñas y Adolescentes aplicada a tres mil alumnos del país, fue realizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en conjunto con el Consejo Nacional de la Infancia.
Martes 20 de marzo de 2018
¿Qué tan positiva es su experiencia de ser y vivir en Chile? Esta fue la pregunta que pretendió sabér cuán felices son los menores en el país, y que fue aborada en la Encuesta de Desarrollo Humano de Niños, Niñas y Adolescentes aplicada a tres mil alumnos del país y que PNUD realizó en conjunto con el Consejo Nacional de la Infancia.
A través de este estudio se abarca la dimensión subjetiva del bienestar en la niñez y adolescencia, estudiando desde sus propias opiniones, la evaluación que hacen de sus afectos, vínculos, autoimagen, expectativas y satisfacción general con sus vidas.
La encuesta, representativa a nivel nacional, se aplicó a 3.073 estudiantes de 7° básico a 3° medio de establecimientos educacionales municipales, particulares subvencionados y particulares pagados de las 15 regiones de Chile, entre noviembre y diciembre de 2017. Los niños, niñas y adolescentes fueron consultados sobre diversas áreas temáticas, entre las que destacan:
- Vida familiar: el 84% manifiesta estar satisfecho/a con ella. El aspecto mejor evaluado es la percepción de seguridad y protección que otorga, ya que el 93% declara sentirse protegido y/o seguro con sus cuidadores principales, lo cual es generalizado en hombres y mujeres de todas las edades. El 87% de los encuestados/as sienten bastante y total confianza en que su familia les apoyará si tienen un problema importante. Esta confianza es menor en las mujeres (61%) que en los hombres (73%). Asimismo, las niñas y las adolescentes perciben en menor medida que los varones, que la distribución de labores domésticas y los permisos son iguales para ambos sexos. En esa misma línea, ellas muestran una menor satisfacción que ellos respecto al tiempo que pasan con sus amigos/as fuera de la escuela.
- Escuela y educación: los niños, niñas y adolescentes encuestados tienen una evaluación muy positiva de la calidad de la educación que reciben en sus escuelas. El 95% está de acuerdo o muy de acuerdo con que la escuela donde estudia entrega una buena educación. La evaluación general de esta experiencia es también positiva: el 82% se muestra altamente satisfecho/a con su establecimiento. Sin embargo, aquellos/as estudiantes de colegios particulares pagados tienen una evaluación menos positiva que sus pares de colegios municipales y particulares subvencionados. Por otro lado, cerca del 40% de los encuestados/as percibe que sus profesores o profesoras tratan de manera desigual a hombres y mujeres.
- Relación entre pares: el 89% de los encuestados/as declara que tiene amigos cercanos en los cuales puede confiar y contarles sus secretos. 8 de cada 10 indican que tienen una alta confianza en sus amistades ante la necesidad de requerir ayuda frente a un problema importante, no existiendo diferencias entre hombres y mujeres ni en edades. Con respecto a las relaciones de pareja, el 67% asegura que se sentiría total o bastante libre para pololear y/o “andar” en caso de que quisiera hacerlo. Los hombres manifiestan una mayor sensación de libertad para tener relaciones sentimentales que las mujeres.
- Exposición a violencia: La experiencia de entornos violentos parece ser una realidad muy frecuente entre los encuestados/as. Un 72% declara haber presenciado violencia física entre sus compañeros/as en los últimos 12 meses y un 88%, haber presenciado violencia verbal. Con respecto a haber sufrido personalmente episodios de violencia en la escuela, un 28% asegura haber sufrido violencia física y un 48% violencia verbal. En el ámbito de la escuela son los hombres quienes sufren violencia en mayor medida; en la calle son mayormente las mujeres, especialmente de acoso sexual verbal (61% la ha vivido) y físico (12% ha vivido acoso, manoseo o roces intencionales). En las redes sociales no hay diferencia entre ellos y ellas: en ambos grupos aproximadamente un 25% ha vivido violencia en la web.
- Satisfacción personal y proyectos de vida: El 80% de los encuestados/as se considera satisfecho con su vida en general. Existen diferencias significativas entre hombres y mujeres de diferentes edades: la satisfacción con la vida es menor en ellas que en ellos, y aún menor en las adolescentes de educación media. En esa línea, el aspecto que más importa para su satisfacción es “tener una familia cariñosa” (70%), seguido de “poder lograr sus metas y sueños” (53%), y de “poder hacer las cosas que le gustan” (42%). Un 88% de los y las estudiantes declara que se sienten bien como son, pero al ahondar en las apreciaciones respecto al cuerpo y a la alimentación, la satisfacción se reduce a un 67% y 68% respectivamente. La autopercepción en relación con el cuerpo y la alimentación es peor evaluada en las mujeres, especialmente en las estudiantes de educación media. Por otra parte, frente a la pregunta de si cuentan con un proyecto de vida que les gustaría lograr, casi la totalidad de los niños, niñas y adolescentes encuestados (96%) reconocen tener algún proyecto. Más aún, el 92% se muestra total y bastante confiado en que lo cumplirá, expectativas que son generalizadas tanto en términos de edad y sexo, como en tipo de establecimiento.
- Desigualdad de género: a la luz de estos resultados, es preciso llamar la atención acerca de la situación de las niñas, especialmente en las de educación media. En diversos temas ellas aparecen con evaluaciones menos positivas que los hombres: desde la vivencia de la discriminación (muchas veces asociada a la apariencia y el cuerpo), la alimentación, la distribución de tareas domésticas, la confianza en el apoyo de la familia, la autonomía para tomar decisiones o pololear hasta el bienestar subjetivo. La menor satisfacción general con la vida por parte de las mujeres, en relación con los hombres, tiene su correlato en las diferentes dimensiones analizadas. Resulta vital preguntarse si como sociedad estamos generando las condiciones para que la desigualdad de género pueda enfrentarse desde temprana edad.