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Accidente cerebro vascular, una enfermedad prevenible
Este evento es consecuencia del mal comportamiento que le hemos dado a nuestro propio cuerpo, y si bien son patologías graves, pequeños cambios en nuestra rutina diaria pueden hacer una gran diferencia.
Martes 5 de junio de 2018
Los cambios producidos con el pasar de los años en el organismo ocasionan que muchas personas no lleguen a una edad adulta o una vejez saludable, generando dependencia de otras personas para poder realizar las actividades básicas de la vida diaria, como vestirse, lavarse, alimentarse, comunicarse y trasladarse.
Pasando los 40 años, nuestro cuerpo comienza a experimentar cambios fisiológicos por culpa de los malos hábitos de vida, generando enfermedades silenciosas que presentan síntomas con el tiempo y que dejan consecuencias graves para nuestro organismo. Estas patologías frecuentes, son conocidas como hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipidemias y arritmias cardiacas, que al no tratarse de manera farmacológica y constante, pueden llegar a producir otras enfermedades graves, provocando discapacidad.
En Chile, la principal causa de discapacidad en adultos y adultos mayores son los Accidentes Cerebro Vasculares (ACV), que constituyen la primera causa de hospitalización y la segunda causa de muerte en mayores de 65 años. Los términos como “infarto cerebral”, “trombosis cerebral”, “ataque cerebral” son sinónimos y populares en la población, y significan una interrupción del suministro de sangre al cerebro, dando como consecuencia una disminución de oxígeno y nutrientes al cerebro, provocando la muerte celular.
Pero ¿cómo reconocer que se está presentando la enfermedad? Los síntomas neurológicos son de inicio brusco y los más frecuentes son: pérdida de fuerza o sensibilidad de la mitad del cuerpo (cara, brazo, pierna), alteración del lenguaje, pérdida de equilibrio, dolor intenso de cabeza, visión borrosa, mareos. Al presentarse estos síntomas, es importante acudir inmediatamente a un servicio de urgencia o centro asistencial, para ser evaluado por un especialista, quien realizará el diagnóstico y comenzará el tratamiento.
Mientras más rápido sea tratado en un intervalo de 4 a 5 horas, se puede reducir el daño cerebral y la posibilidad de complicaciones, lo que conoce como ventana terapéutica. Durante las primeras 24 horas debe iniciar su proceso de rehabilitación, el cual debe durar todo el periodo de hospitalización y posteriormente de manera ambulatoria durante los 6 meses siguientes con un equipo multidisciplinario, encargado de ayudar a reducir los síntomas presentados y favorecer el reintegro a las actividades cotidianas.
Un Accidente Cerebro Vascular es la consecuencia del mal comportamiento que le hemos dado a nuestro propio cuerpo. Si bien son patologías graves, son prevenibles con pequeños cambios en nuestra rutina diaria. Informarse sobre los factores de riesgo, seguir las recomendaciones del equipo profesional y adoptar un estilo de vida saludable son la mejor medida que puede tomar para prevenir esta enfermedad. Se recomienda disminuir los índices de sedentarismo aumentando la actividad física a diario, realizando ejercicio aeróbico mínimo 30 minutos al menos 3 veces por semana, control periódico de factores de riesgo (presión arterial, glicemia, tratamiento anticoagulantes) con médico tratante, mejorar la alimentación con una dieta balanceada para disminuir el sobrepeso u obesidad, además disminuir y/o evitar el consumo de alcohol, tabaco y drogas.
El conocimiento de la población con respecto a los factores de riesgo, síntomas y tratamiento, favorece la prevención y la disminución de la recurrencia de ACV, disminuyendo los índices de discapacidad y mortalidad asociada a esta patología en adultos y adultos mayores, favoreciendo una vejez más saludable y activa sin la necesidad del cuidado de otra persona para realizar las actividades cotidianas.
Vea la columna en Diario El Heraldo Austral