Las vacaciones son un período de descanso, en que la familia busca aprovechar su tiempo de descanso para realizar actividades que durante el año, a causa de la vorágine y las ocupaciones y responsabilidades, difícilmente pueden realizarse. No obstante, mantener a los niños ocupados en vacaciones es un reto para cualquier familia. 

Se sabe que no es fácil llenar los días con actividades entretenidas para los más pequeños, sin embargo, para hacerlo no es necesario utilizar grandes sumas de dinero en visitas al cine o a los centros comerciales todos los días. Si se consideran las agradables temperaturas, se puede organizar un picnic en casa, tarde de fiesta con compañeros, armar rompecabezas, visitas a parques, museos, caminatas, playas o piscinas“. Lo importante, recalca, es que el niño sugiera opciones. 

En ese sentido, se le puede llevar a una librería para que escoja un libro de su interés y del cual luego puede copiar los dibujos y pintar o, si es mayor, podría comentar con sus padres o pares. Esto mantiene la atención del niño en la línea académica sin sentirse forzado, por el contrario, animarlo a que sea en su tiempo y con sus condiciones.

No se deben perder algunos hábitos y costumbres, pero con la posibilidad de la flexibilidad, entre ellos están: horarios de comida, de acostarse y levantarse, para que su retorno a clase no sea tedioso. 

Lo ideal de este periodo de descanso es que se propicie en ellos el placer, la confianza y la tranquilidad. De igual manera, es importante considerar que hay que integrar algunos de estos espacios para compartir en familia y así mantener el vínculo afectivo entre padres e hijos, lo que propicia la comunicación y relación cercana.