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¿Cómo adaptarse a la vida universitaria?
A diferencia del colegio, sus padres y profesores ya no necesariamente estarán monitoreando su desempeño, por ello debe volverse cada vez más autónomo en el estudio y ser capaz de fijarse metas y proyectos personales.
Viernes 8 de marzo de 2019
Un mundo muy diferente es que el enfrentan a partir de este mes los alumnos que ingresaron a la Educación Superior. Atrás quedaron los amigos del colegio y ese “relajo” que se vive la última parte del año de convivencia escolar. Atrás también quedó el estrés de la PSU y sobre todo, definir qué se quiere estudiar. Ahora ya matriculado, el nuevo estudiante de educación superior debe poner atención a lo que viene en los próximos años.
¿Cómo enfrentar este mundo totalmente nuevo, donde se conocerán distintos tipos de compañeros, un ambiente diverso y exigencias no experimentadas antes? Lo primero a considerar es que “el estudiante debe hacerse consciente de que, a partir de ahora, tiene que asumir un rol mucho más protagónico en términos académicos. A diferencia del colegio, sus padres y profesores ya no necesariamente estarán monitoreando su desempeño, por ello debe volverse cada vez más autónomo en el estudio y ser capaz de fijarse metas y proyectos personales por los cuales esforzarse”.
Respecto a formas de estudiar, el o la joven debe tener claro que las estrategias y técnicas de estudio que en el colegio tal vez eran suficientes, ahora puede que no lo sean, por lo que tendrá que explorar nuevas maneras de tomar apuntes, de organizar gráficamente la información, de desarrollar buenos resúmenes, entre otras. Esto quiere decir que tendrá que tomarse un tiempo para probar e identificar las formas que le funcionan a él o ella, lo que llamamos aprender a aprender”. La académica recalca que “por ejemplo, es fundamental que se privilegie la práctica de estudio distribuida por sobre la masiva, es decir, que vaya estudiando a medida que avanzan las clases y no espere la evaluación, para evitar la ansiedad, el estrés y el cansancio.
Asociado a ello, muchos estudiantes en el colegio no necesitaban ordenar su tiempo; en cambio, en la educación superior esto se vuelve fundamental, considerando la fuerte carga académica y la cantidad de evaluaciones que hay que enfrentar. El uso de la agenda es fundamental, ya sea en papel, en el computador o en el celular, ya que escribir en alguna parte las obligaciones genera una suerte de compromiso. Es cierto que hay que ser flexibles y que el horario semanal se irá modificando a medida que surjan nuevas necesidades, pero es necesario que exista un ordenamiento inicial, que facilite el equilibrio entre las horas de estudio, de ocio, de alimentación y de sueño.
La adaptación al entorno social es esencial. Aprender a interactuar adecuadamente con los profesores y a formar nuevos amigos y grupos de estudio es fundamental integrarse socialmente al ambiente institucional. En este sentido, el estudiante no debe aislarse, sino más bien esforzarse en formar vínculos sociales diversos, tanto para el estudio como para entablar amistad. Ello fortalece las posibilidades de un buen rendimiento y sobre todo de una sensación de pertenencia, fundamental para el bienestar y la permanencia en la carrera.