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Vacunas, inmunogenicidad y otras consideraciones
El Dr. Fernando Chuecas, vicedecano de la Facultad de Medicina y Ciencia, valora el uso de las vacunas en Chile y advierte sobre la necesidad de mantener las medidas de autocuidado.
Miércoles 14 de abril de 2021
En estos momentos en nuestro país, la pandemia se encuentra en su máxima expresión, con una alta tasa de contagios y, lo más grave, con una altísima ocupación de camas críticas, pues nunca en la historia de Chile habíamos tenido tantos pacientes en ventilación mecánica. En ese contexto, es muy importante mantener las medidas de control que se han demostrado efectivas, las que bien ocupadas por todos pueden reducir la circulación comunitaria del virus. Hablamos del distanciamiento físico efectivo, el correcto uso de la mascarilla y el lavado de manos frecuente.
Sin duda la medida que puede cambiar el perfil de la pandemia es la vacunación, la que está muy avanzada en nuestro país gracias a la previsión anticipada de la autoridad y a un eficiente proceso radicado fundamentalmente en la amplia y experimentada red de vacunación de la atención primaria de salud. Su eficacia depende de que un alto número de personas se vacunen. Eso permitirá, por la llamada “inmunidad de rebaño”, disminuir la tasa de circulación del virus hasta hacerla completamente manejable con los recursos básicos disponibles y no someter a nuestros sistemas sanitarios a una presión desmedida, que, entre otros aspectos, impide la atención de otras urgencias de salud no Covid.
En este escenario, un dato importante de conocer es la llamada inmunogenicidad de las vacunas, vale decir, su capacidad de inducir en la persona la producción de anticuerpos y otras sustancias que atacan el virus SARS Cov2. Afortunadamente todas las vacunas disponibles han demostrado esta capacidad. Eso sí que está por verse cuál es el porcentaje total de efectividad, pues es muy prematuro aún definirlo con claridad. No obstante, lo realmente importante es disminuir los casos graves que van a requerir mayor atención, o sea transformar la enfermedad agresiva en un resfrío o aumentar los casos asintomáticos. Eso requerirá muy probablemente la repetición periódica de dosis, lo que aún debe dilucidarse. Probablemente será anual como la vacunación antinfluenza.
Por lo anterior, cobra mucha relevancia que las personas que aún no se vacunan, puedan hacerlo en el momento oportuno tomando en consideración que los riesgos exceden en mucho a las escasas y eventuales reacciones adversas. Solo así lograremos, en un futuro no lejano, superar juntos esta pandemia.