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El preocupante déficit de profesores en Chile: ¿Cómo enfrentarlo?
Según un reciente estudio de Elige Educar, la falta de docentes en los próximos cinco años en nuestro país podría llegar a un 19% de los profesionales que requiere el sistema escolar. Un escenario complejo que da cuenta del poco interés de los jóvenes por estudiar Pedagogía, una carrera que necesita más incentivos, mejores remuneraciones y desafíos permanentes.
Lunes 8 de marzo de 2021
Pese a que pedagogía es la cuarta profesión más valorada por la ciudadanía, este reconocimiento público no se refleja todavía en las preferencias universitarias de las nuevas generaciones de jóvenes chilenos. Así lo demostró un estudio realizado por Elige Educar, el que reveló que en 2025 podrían faltar más de 32 mil docentes en el sistema educativo chileno.
Según la investigación, la falta de docentes de aquí a cinco años podría llegar a un 19% de los profesionales que requiere el sistema escolar. Una escasez que afectaría principalmente a la Enseñanza Media (32%) con déficit en áreas como: Historia y Geografía (44%), Ciencias Naturales (40%), Inglés, Tecnología y Música y Educación Básica. Las regiones más afectadas, de acuerdo con el estudio, serían: Tarapacá (30%), Antofagasta (28%) y Coquimbo (26%).
Lo cierto es que hasta al 2020 ya se proyectaba un déficit de 13.630 docentes idóneos, lo que ya era un escenario complejo. Por lo mismo, el año pasado el Ministerio de Educación convocó a una primera mesa de trabajo para la atracción de jóvenes a las carreras de pedagogía. De ella nacieron algunas propuestas que ya se encuentran en fase de implementación como la Beca Vocación de Profesor para licenciados y profesionales.
Pese a lo anterior, y a propósito de la reciente finalización de la primera etapa del proceso de matrículas 2021 a las 43 universidades adscritas al Sistema de Acceso Centralizado, una de las principales tendencias observada sigue siendo el poco interés de los estudiantes por postular a las pedagogías.
Al respecto Ana Luz Durán, decana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de San Sebastián (USS), comenta que: “En 2018, el conjunto de las universidades teníamos matriculados 18.700 estudiantes de pedagogía; y este año, los alumnos son un poco más de 9.000. Esto es preocupante, porque están ingresando a la carrera de pedagogía la mitad que hace tres años. Hay un déficit actual y proyectado de profesores, y si nosotros queremos garantizar educación de calidad, necesitamos de ellos. No podemos garantizar derechos si no tenemos con quien cumplir esos derechos”.
Las remuneraciones docentes siguen siendo bajas, pese a los avances en materia de incentivos y condiciones. Hoy el sueldo de un profesor bordea los $900.000, lo que puede aumentar con una carrera destacada y después de 25 años de ejercicio, a un promedio de $2.500.000 (CPEIP, 2020); remuneración que alcanza un médico al cuarto año de egreso.
“Un profesor al primer año de haberse titulado gana un poco más de 900 mil pesos, el problema es que al quinto año el sueldo no es proporcional al sueldo de otras carreras. Entonces, faltan incentivos reales para las nuevas generaciones que valoran aspectos que tienen que ver con su calidad de vida (y que no están considerada en la carrera docente)”, sostiene la académica.
Según el informe Políticas docente efectivas. Conclusiones del informe Pisa (2018) cuando alguien se interesa por una profesión concreta, lo hace por factores como el estatus, el ambiente de trabajo, el sentimiento de realización personal y la remuneración económica que tal profesión trae consigo. Así, las políticas docentes han de estudiar estos aspectos detenidamente.
“Los resultados de este informe indican que los estudiantes de quince años empiezan a tener en cuenta la remuneración económica a la hora de considerar un trabajo u otro. Sin embargo, dichos resultados también demuestran que los salarios relativamente bajos de los docentes, en comparación con los de otros profesionales con una formación similar, probablemente no sean la única razón por la que es complicado atraer a la profesión a los estudiantes de alto rendimiento y a aquellos con orígenes sociales infrarrepresentados”, señala el estudio.
La necesidad de cambios profundos
“Atraer a las personas más talentosas ofreciéndoles una carrera llena de retos y buenas condiciones de trabajo es el secreto para tener buenos docentes”, dice Andreas Schleicher, fundador del Informe Pisa y director de Educación de la OCDE. Algo que en Chile es un proyecto a largo plazo.
Sobre ello, Ana Luz Durán manifiesta que “cuando se discutió la ley, se miró mucho la realidad de Finlandia y Singapur, donde las remuneraciones de los profesores son mucho más altas que las nuestras; incluso en algunos países se le paga al estudiante mientras se forma para ser profesor, y los mejores puntajes se van a pedagogía porque es una carrera muy prestigiosa. Entonces, si nosotros vamos a copiar un modelo de un sistema que es robusto y que tiene mucho rigor en la formación de los profesores, tiene que tener una compensación similar”.
Según el informe Pisa 2018, implicar a los docentes en la toma de decisiones, potenciar sus responsabilidades de liderazgo y promover la profesión docente como una profesión exigente -pero gratificante- son medidas tan importantes como aumentar sus salarios. El informe señala, además, que puede ser muy beneficioso llevar a cabo campañas en los medios de comunicación para mejorar la imagen de la profesión y subrayar tanto su relevancia para el país, como su sofisticación, complejidad y la estimulación intelectual que conlleva.
Al respecto, la decana de Educación de la USS manifiesta que el cambio debe considerar un nuevo mejoramiento de las remuneraciones, más incentivos y una flexibilización de la carrera. “Esto, porque la carrera docente tiene un tramo obligatorio que es muy rígido; por lo tanto, un buen profesor no puede avanzar más en ella porque tiene que esperar esta combinación de años con evaluación. Es importante también darles otros incentivos a los profesores que tengan que ver con mejorar su calidad de vida y sus condiciones laborales. Hay que apoyarlos para que realicen postgrados, viajen al extranjero a perfeccionase y que puedan hacer una carrera directiva que sea atractiva. Es decir, que ser director sea prestigioso, pero además tenga una remuneración adecuada”, concluye la autoridad académica.
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