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Accidente en clínica evidencia el riesgo en la seguridad de los recintos de salud
Tres personas fallecieron producto de las emanaciones de una fosa subterránea, mientras se realizaban trabajos en el recinto asistencial. Caso pone nuevamente de actualidad los riesgos que hay en los establecimientos de salud.
Miércoles 4 de marzo de 2015
Elementos tóxicos, sustancias biológicas y gases inflamables son sólo algunos de los peligros que de un momento a otro pueden causar accidentes dentro de un hospital o clínica. Este miércoles, dos trabajadores que efectuaban limpieza en un pozo subterráneo de un centro médico de la comuna de Vitacura, fallecieron por inhalar emanaciones de algún gas aún en investigación. Una tercera persona –funcionario del recinto- trató de rescatarlos pero también fue víctima del aire enrarecido.
No es primera vez que algo así ocurre en un establecimiento de salud. Aún se recuerda la explosión de un cilindro de ciclopropano hace unos años en el antiguo Hospital Manuel Arriarán de Santiago, que causó la muerte de cuatro médicos y dos niños, más una cantidad de funcionarios lesionados. Y recientemente, en México, la explosión durante el abastecimiento de combustible en un hospital materno infantil, provocó la muerte de más de tres personas y 73 heridos, 20 de los cuales fueron niños.
Y es que los recintos de este tipo de por sí concentran factores de riesgo: aparte de la posibilidad de contaminación biológica y la presencia de sustancias químicas como gases de uso médico o industrial, los establecimientos –más aún si son antiguos o mal mantenidos- están sujetos a accidentes eléctricos, fugas de agua, incendios o explosiones, que ponen en riesgo no sólo a los pacientes sino también al personal.
Por eso, es doblemente necesario en estos casos acentuar las labores de prevención, mantenimiento de equipos e instalaciones, y en el caso de Chile, incluir también planes y simulacros de evacuación ante sismos de gran intensidad.
Protocolos
Pero éstos no son los únicos tipos de accidentes que se producen en un recinto asistencial. Los hospitales pueden producir diferentes tipos de daños y es muy importante que se cuente con protocolos para disminuir esos riesgos.
Según explica el director del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la U. San Sebastián ( IPSUSS), Jaime Mañalich, en Estados Unidos cerca de un 18% del gasto de salud se usa en el manejo de errores: "Fármacos equivocados, dosis incorrectas, o a quienes no les corresponden; transfusiones mal indicadas; cirugías en lado equivocado del cuerpo; infección intrahospitalaria; tecnología obsoleta; personal haciendo procedimientos sin calificación; alergias graves a fármacos que no se verifican, son sólo algunos ejemplos".
Agrega que en Chile hay algunas estimaciones señalan que el 10% de las camas de UCI están ocupadas por pacientes que sufrieron complicaciones.
"Es necesaria una doctrina de calidad, con personal dedicado sólo a este objetivo (Subdirección del Cuidado), y con protocolos probados. Hacia este objetivo apunta también el financiamiento por Pago Asociado a Diagnóstico, o GRD, donde el costo del error es asumido por los prestadores. Es paradójico que la garantía de calidad, que obliga a recintos públicos y privados a una rigurosa acreditación para recibir pacientes de patologías complejas, es la única que aún no se implementa", afirma Mañalich.
El ex ministro de Salud añade que "los protocolos de seguridad deben ser conocidos, monitorizados por terceros y mejorados continuamente. No se debe hacer aquello para lo que no se está preparado. La correcta identificación de los pacientes debe ser una obsesión del hospital. Los medicamentos peligrosos deben guardarse en pequeñas cantidades".
De acuerdo con el médico, se debe avanzar en procesos de mejora continua, informar de los errores, realizar auditorías. "Solo así se podrá recobrar la confianza, gastar menos en lo innecesario, y concentrase no en las pólizas de seguros o en los abogados, sino en el fin para el cual el hospital ha evolucionado: estadías breves, sin agregar enfermedad, y con el mejor uso de recursos escasísimos. El impacto sería notable, considerando que no menos del 10% del gasto en salud se emplea en el manejo de las condiciones que el paciente adquirió en su paso por el hospital", señala el director de IPSUSS.