Conozca algunas claves para enfrentar las altas temperaturas

Consejos para protegerse de la ola de calor que afecta a gran parte del país: qué hacer para cuidar a los niños y los adultos mayores.

Miércoles 25 de enero de 2017

Conozca algunas claves para enfrentar las altas temperaturas
escrito por USS

Chile está viviendo uno de los meses de enero más calurosos de los últimos 50 años. Y los pronósticos dicen que las altas temperaturas van a mantenerse por un buen tiempo. Por eso, es conveniente tomar algunas medidas para saber a qué atenerse para enfrentar los días (y noches) de calor que se avecinan y que se quedarán por algunos meses más.

Agua, y mucha, a cada rato, aunque no sienta sed. Ese es el primer consejo que se entrega desde el ámbito de la salud. Beber constantemente durante el día para mantener la hidratación del organismo y evitar los riesgos, que no son pocos. ¿Cuánta agua? Un lactante debe consumir unos 750 mililitros de líquido al día. Un adulto, entre 1 y 2 litros. Y si está expuesto al calor, incluso más, porque el organismo pierde agua muy rápidamente a través del sudor.

“Los choferes, por ejemplo, los taxistas o conductores de buses, deberían consumir constantemente pequeñas cantidades de agua para no llegar a un estado de deshidratación, pese a las limitaciones que tienen muchos para ir a un baño durante su trabajo. Cuando una persona normal pierde 2% de su peso corporal, siente sed. Con 4% ya aparecen síntomas y con 7% puede incluso perder el conocimiento”, advierte el director de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, Paulo Silva. El especialista dice que la deshidratación puede provocar sensación de agotamiento y confusión. Y si eso se mantiene porque la persona no corrige esa falta de agua de inmediato, puede perder ciertas habilidades motrices.

Por su parte, la académica de la Facultad de Enfermería de la USS, Carolina Barrientos, puntualiza que “si bien las altas temperaturas tienen diversos efectos en el organismo, la piel es particularmente preocupante, porque es el órgano que más superficie ocupa en nuestro cuerpo, el cual se deteriora gradualmente como capa protectora y evidencia el paso de los años. En ella, en el caso de los adultos mayores se demuestra el envejecimiento biológico e inevitable, sumado al fotoenvejecimiento, el cual es atribuido directamente a la exposición crónica al sol”.

En ese contexto, advierte que “dentro de los cambios que podemos destacar en la población de más avanzada edad, está la presencia de una epidermis o capa más externa de la piel más delgada, lo que provoca dificultades para que puedan termoregular la temperatura, haciendo que a menudo nos llame la atención que existiendo altas temperaturas, observemos a nuestros adultos mayores muy abrigados. El deterioro de mecanismos fisiológicos, tales como la sed, condiciona que existen mayor posibilidad de deshidratación, por lo que debemos poner especial atención en ellos“.

Es por esta razón y por las características propias de la edad, que los adultos mayores al igual que el resto de la población “debe evitar exponerse al sol a las horas de máxima intensidad de los rayos UV, usar lociones con factor solar, repitiendo la aplicación en forma sistemática, usar sombreros o gorros para cubrir superficies de la piel que son delicadas y que se encuentran altamente expuestas (cabeza), mantener una hidratación frecuente, independiente de que no sientan sed”, subraya la académica de Enfermería.

¿Qué beber y cada cuánto?

Agua potable. Simplemente eso. No hace falta ni agua mineral, ni nada especial. Agua fresca, fría. Llene una botellita y llévela con usted. “No se recomienda tomar gaseosas o jugos dulces, porque pueden dar más sed”, dice el profesor de Nutrición y Dietética, Paulo Silva. “Lo ideal es tomar agua potable. Tampoco hace falta tomar bebidas isotónicas. Eso es más que nada para los deportistas, que hacen esfuerzos intensos y pierden agua y minerales”.}

“Uno debería andar con una botella de agua e ir tomando de a poco (medio vaso) cada media o una hora, sin esperar a sentir sed”, insiste el especialista. ¿Y una cerveza helada? Más allá del placer que pueda dar, en términos de hidratación no sirve “porque si bien una cerveza fría da sensación de alivio momentáneo de la sed, el alcohol provoca aumento de la secreción de líquido y estimula el orinar, es decir, eliminar agua, lo que es contraproducente con el propósito de hidratarse y entregarle agua al organismo”.

También es conveniente complementar eso con una alimentación que privilegie las frutas y ensaladas, que son fuente de minerales (potasio, sodio, cromo) y ayudan a reponer lo que el organismo pierde con el sudor.

En el caso de ciertos enfermos crónicos, la ola de calor también puede causar problemas. Las personas diabéticas, cuya forma de regular el metabolismo está alterada, pueden descompensarse y deshidratarse, porque su sensación de sed tampoco funciona con normalidad. En los pacientes sometidos a diálisis el problema es al revés, porque pueden tender a beber más agua por el calor, lo que recarga su organismo, incapaz de procesar los líquidos debido a la falla de sus riñones.

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