- Usted está en:
- Portada / Actualidad
Hernán Sandoval: "sería interesante establecer un Auge para la tercera edad, sobre todo concebido desde las necesidades sociales"
Para impulsar esta idea, dice el decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la U. de las Américas y ex secretario ejecutivo de la Comisión de la Reforma de Salud que impulsó el Plan Auge, "habría que ser capaz de generar una metodología para ver cómo se introducen distintas patologías que tengan un impacto sanitario y en la vida social que justifique un tratamiento especial de esas condiciones".
Jueves 30 de marzo de 2017
Para el decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Las Américas, Hernán Sandoval, la idea de algunos expertos en salud y precandidatos a la presidencia de establecer un Auge para el adulto mayor parece una propuesta "interesante", siempre que "tengan un impacto sanitario y en la vida social que se justifique". Esto, para mantener el propósito con el cual fue creado este programa. Asimismo, precisa la tan mencionada reforma a la salud "tienen que ver con la salud y no con sus mecanismos de atención de la enfermedad" como mejoras a las isapres o Fonasa.
- Varios expertos vinculados a la salud han propuesto un AUGE en que beneficie puntualmente al adulto mayor, que cubra los remedios de mayor uso, entre otros aspectos. Usted, ¿comparte esta idea?
- En los fundamentos del Plan Auge para incluir una patología se planteó la necesidad de que ésta tuviese un impacto en la carga de enfermedad, es decir, que produjese un aumento de los años de vida saludable, o sea que no haya discapacidad y tampoco disminución de la esperanza de vida (muerte prematura). En el caso de la tercera edad, este criterio no sería aplicable porque el criterio sanitario elegido en el concepto de carga de enfermedad no sería determinante.
- Entonces ¿qué podría ser determinante?
- Lo determinante sería cuáles son aquellas patologías que mayor problema producen a esa edad y cuáles son aquellas que están en la percepción ciudadana que deberían recibir un manejo garantizado con objeto de disminuir su impacto en la vida de las personas y en la vida familiar. Ahí habría que considerar el incremento de gasto de bolsillo en la tercera edad, que además sufre pensiones de muy bajo monto y que no todos los medicamentos que necesita están cubiertos. Habría que hacer entonces una priorización conforme a cuáles son las patologías que pueden producir esto para tener un alcance más comunitario y no solamente de algunos casos. Eso sin duda tendría que ser objeto de estudio y podría ser considerado para otorgar garantías sobre 65 años.
- ¿Hay otros aspectos?
- En segundo lugar está el problema de los efectos de las enfermedades crónicas a largo plazo que son generadoras de discapacidad y no necesariamente de muerte prematura. Por ejemplo, una persona sometida crónicamente a diálisis puede tener una esperanza de vida semejante a la de su grupo etario, aun cuando sea dependiente. Actualmente está cubierto, pero no en cobertura de lo que significa la reducción de movilidad. Y en tercer lugar están aquellas condiciones que producen una dependencia extrema, o una postración. Y esto implica dos aspectos: generar un aporte socio-sanitario, es decir, establecimientos donde pueda ser recibidos, ya sean hospitalización de día o de cuidados más permanentes, o lo que se hace en otros países, que es una ayuda a las familias con una asistencia técnica de profesionales por una parte, y por otra con la generación de un acondicionamiento del hogar para poder asistir de forma eficiente a estos pacientes.
- ¿Entonces, ve importante estudiar un Auge para la tercera edad?
- Es evidente que sí sería interesante establecer un Auge para la tercera edad, sobretodo concebido desde las necesidades sociales. También es evidente que se pueden identificar algunas enfermedades específicas que necesitan de algún tratamiento de más alto costo y con ello contribuir, con esos tratamientos, desde el punto de vista de las garantías, a disminuir el impacto de gasto de bolsillo de la persona o la familia. Como visión general, habría que ser capaz de generar una metodología para ver cómo se introducen distintas condiciones o patologías que tengan un impacto sanitario y un impacto en la vida social que se justifique un tratamiento especial de esas condiciones.
- ¿Es difícil establecer esto a nivel de canasta de prestaciones?
- Si es una iniciativa que parte de la generación de una política pública, habría que convocar a las distintas partes para formar grupos de trabajo, ya sean representantes de la sociedad en general como representantes de alguna institución especializada como son las sociedades científicas, las academias o desde el punto de vista administrativo al Ministerio de Desarrollo Social, Senadis y todos aquellos que sean pertinentes para conformar un grupo de trabajo donde se fije la metodología y a partir de ello, ver cuáles son las condiciones que tendrían estas garantías.
- Y desde el lado económico. Chile es un país que envejece y cada vez la población se hace más adulta, con esperanza de vida mayor. ¿Podría haber reparos o una piedra de tome esto?
- El problema está en que si la sociedad se enriquece, tendrá que dedicar más a este tipo de gastos que los que dedicaba antes. El problema está en cómo encontrar el equilibrio, pero sobretodo también, darse cuenta cuáles son las condiciones que genera este mayor gasto para tratar de actuar con políticas públicas para prevenirlas. Por ejemplo, si no queremos tener pacientes con osteoporosis, mientras no haya un suplemento suficientemente nutritivo del calcio en edades jóvenes y se asista a las mujeres en su periodo de gestación, tiene mucho mayores posibilidades de producirse. Entonces, hay que combinar una asistencia a las personas que están sufriendo esas condiciones con una visión de más largo plazo, de preguntarse cómo podemos actuar a nivel de la sociedad en general. El problema del envejecimiento es cómo se llega a viejo de forma sana, y que sea el proceso natural del envejecimiento el que va delimitando las capacidades, no la patología agregada.
- ¿Quedó conforme con las últimas patologías agregadas al Auge o ve necesario algunos ajustes al programa?
- El Auge es un criterio sanitario, es decir, cómo establecer prioridades por el impacto que tienen las patologías en la salud de las personas y su impacto en la comunidad. Y por eso se estableció como procedimiento el tema de la carga de enfermedad, lo que ha permitido establecer prioridades con mucho más fundamento epidemiológico y socioeconómico. Por eso con las patologías que elegimos el año 2002 y que entraron en aplicación el 2006, estábamos cubriendo aproximadamente el 70% de las condiciones que producen discapacidad o muerte prematura en el país. Las restantes son muy diseminadas, por lo que es muy difícil encontrar alguna que tenga tanto peso individual para justificar su inclusión en el Auge, por lo tanto, dejamos abierta la posibilidad que junto con el análisis de la carga de enfermedad estuviesen también las preferencias sociales, cuáles son las cosas que más le impactan y por otra parte la factibilidad económica, porque no sacamos nada con estar garantizando patologías que sabemos que no tienen ninguna posibilidad de curación.
Reforma a la salud
- ¿Qué le parece que el gobierno haya desechado hacer en su administración hacer una reforma a la salud como se había estado estudiando? ¿Le hace mal al país retrasar tanto una necesidad en salud?
- A mi juicio las grandes reformas en salud tienen que estar guiadas por el principio epidemiológico y fundamento sanitario. La mayor parte de las modificaciones que se han propuesto el último tiempo tienen que ver con financiamiento y la gestión y por lo tanto, no son a mi juicio reformas en profundidad, sino arreglos administrativos financieros que no sabemos si estos arreglos, que pueden satisfacer algunas demandas ciudadanas, van a tener un impacto sanitario. Entonces, hay que diferenciar. Yo no he visto que haya ninguna propuesta de reforma. Hay propuestas de arreglar las isapres, Fonasa, libre elección, pero eso no sabemos si tienen impacto sanitario.
- Entonces no es una reforma a la salud
- Las reformas a la salud tienen que ver con la salud y no con sus mecanismos de atención de la enfermedad. El problema es cómo mejoramos la salud de la población y eso no implica solamente atender las enfermedades, sino generar políticas públicas que permitan, por ejemplo, disminuir el sedentarismo, disminuir el sobrepeso y la obesidad, aumentar y mejorar los hábitos nutritivos. Cosas de ese tipo tienen que ver con una verdadera reforma de salud porque ahí estaría impactando en las causas profundadas de la mayor parte de las patologías que hoy día afectan a los chilenos.