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El riesgo de los esteroides anabólicos que se venden por internet
Muchos medicamentos que se utilizan para aumentar la musculatura se comercializan por internet, sin registro sanitario y con el consiguiente riesgo para la salud de quienes los usan sin prescripción médica. Las consecuencias van más allá de algunos efectos secundarios.
Jueves 2 de mayo de 2019
En el deporte, los esteroides anabólicos son sustancias que están prohibidas y se detectan a través de los controles antidopaje. Pero, en la vida cotidiana, su uso no es restringido, salvo por la necesaria educación farmacológica que deben tener las personas para no auto medicarse y sufrir serios problemas de salud.
Hace algunos meses, el Instituto de Salud Pública (ISP) emitió una alerta respecto a estos medicamentos que son una variación sintética de la testosterona, pero identificó a seis de ellos que no tienen registro sanitario y tampoco advierten sobre las consecuencias por su uso en exceso y prolongado en el tiempo.
El Dr. Carlos Lagos, académico de la carrera de Química y Farmacia de la U. San Sebastián señala que algunos productos “contienen Nandrolona y Estanozolol que son derivados sintéticos análogos de la Testosterona que estimulan la actividad y el crecimiento muscular. Algunas personas los compran por internet y los traen sin tener registro sanitario en Chile, por lo que constituyen una importación ilegal de productos farmacéuticos”.
El Químico Farmacéutico explica que la Testosterona cumple varias funciones fisiológicas como la regulación de la libido, el aumento de la masa muscular y en los hombres la virilización, que permite la aparición de los caracteres sexuales secundarios.
Por otro lado, cuando se habla de esteroides androgénicos se trata de productos para uso humano o veterinario y en el ámbito del deporte, lo que se busca es un efecto anabólico, es decir, el crecimiento o aumento de la masa y fuerza muscular.
La Testosterona y algunos derivados sintéticos se usan normalmente para tratar casos de hipogonadismo, por ejemplo, cuando los niños y jóvenes no producen testosterona de manera natural. También se utilizan en pacientes que sufrieron inanición, por la falta de alimento durante períodos prolongados y están indicados para que puedan recuperar su masa muscular.
Un tercer uso es el tratamiento de reemplazo hormonal, cuando aumenta la edad y va disminuyendo la actividad de la testosterona en los hombres, proceso que se conoce como andropausia.
Por eso, Carlos Lagos advierte que “el abuso de los andrógenos con fines no médicos, tiene varias consecuencias y riesgos. La primera es que suprime la función de los testículos endógenamente, produciendo atrofia testicular que secundariamente puede producir infertilidad. En el caso de las mujeres se producirá el efecto contrario, generando virilización e interrumpiendo o modificando el ciclo menstrual”.
Además de estas alteraciones hormonales, Lagos señala que los esteroides de origen sintético pueden ocasionar daño hepático o hepatoxicidad y en el caso de adolescentes en su etapa de desarrollo, el exceso de hormonas puede frenar su crecimiento o limitarlo.