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Senda: Baja consumo de alcohol y sube uso de medicamentos sin receta
Así lo revela la segunda encuesta sobre los efectos del COVID-19 en el consumo de alcohol y otras drogas en Chile, realizada por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol.
Miércoles 9 de junio de 2021
En la nueva edición de la encuesta del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), participaron 38 mil 905 personas, de las cuales un 36,1% de los consultados declaró consumir menos alcohol desde el inicio de la pandemia mientras que un 22,2% ha bebido más y un 33,9% la misma cantidad.
Sin embargo, donde se registró un importante aumento, fue en el uso de medicamentos sin receta como tramal y clonazepam, donde el 53,8% dice que ha consumido más, el 26,8% señala haber usado la misma cantidad y un 10,9%, que ha disminuido desde el inicio de la pandemia.
Un 85,7% de los encuestados que más consumen medicamentos sin receta afirma que lo hace por ansiedad o estrés que le produce la situación.
En cuanto a otro tipo de drogas como la marihuana, un 22,2% declara haber consumido menos desde el inicio del COVID-19, mientras que un 33,4% dice haber usado más y un 39,9% indica haber consumido la misma cantidad. En relación al estudio anterior, se observa un aumento de 3,8 puntos porcentuales en la declaración de igual uso, pasando de 36,1% a 39,9%.
Entre quienes declaran usar menos marihuana, el 21,6% señala que esto ocurre porque hay menos oportunidades para consumir (15,5% en la encuesta anterior), el 18,3% porque está preocupado por los efectos a la salud (19,8% en 2020) y el 13,9% por la reducción en la capacidad de conseguir debido a las restricciones a la movilidad (14,4% en 2020).
Sobre los resultados del estudio, el director nacional de SENDA, Carlos Charme, declaró que “si bien, en algún momento se pensó que podría haber un aumento considerable del consumo de alcohol y otras drogas, felizmente esto no se ha producido hasta ahora. Esto de alguna manera comprueba que avanzamos por el camino correcto, con políticas preventivas y que nos ayuden a dar respuesta a las necesidades de las personas. Pero de igual manera nos demuestra que tenemos un largo camino, que nos mantiene muy preocupados, sobre todo por los riesgos y daños que tiene el uso de estas sustancias en las personas, especialmente para la salud física y emocional de ellas”.