La reciente noticia respecto al aumento de los donantes de órganos durante el año 2017 es considerablemente positiva, aunque no suficiente para la necesidad del país y la lista de espera nacional de más de 1700 personas que esperan ser trasplantadas.

Si bien han aumentado las campañas y las instancias para sensibilizar a la población, mejorando incluso la pesquisa de posibles donantes, aún se puede hacer más a través de la educación y formación para lograr el cambio cultural en torno a la donación de órganos que nuestro país necesita.

Si se desea tener ciudadanos comprometidos socialmente con lo que ocurre a nivel nacional como internacional, es necesario comenzar a formar sobre temáticas relacionadas con donación de órganos, tejidos y sangre desde la educación preescolar y escolar, con el fin de que sea natural conversar en familia o contextos sociales sobre este tema, no sólo cuando haya algún caso de prioridad nacional o una campaña televisiva. De esta manera, informando tanto a los estudiantes como a los apoderados, se comenzaría a crear conciencia dentro de esos hogares y posiblemente en personas cercanas a éstos.

Teniendo en consideración que hay mayor probabilidad que una persona sea trasplantada que donante y, que esta necesidad irá aumentando con el tiempo, dado los altos índices de enfermedades crónicas y aumento en los años de vida de la población, es que se hace una problemática que involucra a todos los chilenos.

Es por este motivo que es de suma importancia que las instituciones de educación superior integren en sus planes de estudio asignaturas que aborden este contenido, siendo relevante para todas las carreras técnicas y profesionales, en especial a las del área de la salud.

Debiese existir una asignatura transversal a todas las carreras, que eduque sobre el funcionamiento del sistema de donación de órganos y todo lo que involucra esta temática, donde cada estudiante pueda comprender cuál es su rol disciplinar y personal en torno a la donación y trasplante de órganos.

Un futuro médico o enfermera entenderá que su labor será en primer lugar la promoción de cuidados y prevención de enfermedades que puedan llevar a la necesidad de un trasplante, como la pesquisa de un posible donante en un recinto hospitalario; un futuro periodista podrá realizar una nota contando con los conocimientos necesarios para informar a la población de forma adecuada, sin sembrar dudas sobre la muerte encefálica por ejemplo, que en muchas ocasiones se confunde con el estado de coma o vegetal. De esta manera cada profesional podría aportar desde su disciplina y también en el ámbito personal, a crear más conciencia en la sociedad.

Al existir mayor conocimiento e información en torno a la donación y trasplante de órganos, aumentará la confianza de las personas en el sistema de salud, por lo que al momento de decidir si donar o no los órganos de un familiar, la respuesta será más favorable, ya que será un tema cotidiano de conversación dentro de los hogares, instituciones educacionales y encuentros sociales.