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Creencias y su impacto en la salud sexual
La falta de conocimiento en cuanto a la edad requerida para realizarse el chequeo preventivo y el temor a descubrir la presencia de cáncer son algunas de las principales barreras que llevan a que las personas no se realicen los exámenes de tamizaje.
Martes 16 de diciembre de 2014
Se ha observado que 5% a 15% de la carga mundial de morbilidad en las personas, podría atribuirse a la mala salud reproductiva, en que los principales componentes son las defunciones y la discapacidad relacionadas con el embarazo y el parto, las infecciones de transmisión sexual - incluido el SIDA - y los cánceres.
En lo que respecta al cáncer de cuello uterino, éste ocupa en Chile el sexto lugar entre las muertes por cáncer en la mujer, sin embargo, ocupa el primer lugar en años de vida potencialmente perdidos con una tasa de 129 por 100.000 mujeres, lo que lo convierte en un importante problema de salud pública.
La cobertura de Papanicolaou (PAP) vigente en mujeres de 25 a 64 años desde 1990 ha sido fundamental en la reducción de esta mortalidad, no obstante, la situación es muy preocupante hoy, ya que la cobertura del examen ha tenido un descenso sostenido en los últimos años, bajando del 60% en comparación con países desarrollados que alcanzan estándares de 80% o más.
Si el cáncer cervical es casi 100% prevenible, ¿por qué las mujeres no acceden a este chequeo, el que está considerado dentro del Examen de Medicina Preventivo que ofrece nuestro sistema sanitario? En un estudio realizado en nuestro medio sobre las barreras para acceder al PAP, se encontró que las principales limitantes son la falta de conocimiento en cuanto a la edad requerida para realizarse el chequeo y el temor a descubrir la presencia de una lesión tumoral. Así, uno de los principales estímulos que impulsa a que mujeres chilenas adhieran al tamizaje es la indicación entregada por el equipo de profesionales de la red de salud. Cerca de 20% de las mujeres en este estudio se percibió fuera de riesgo de desarrollar este cáncer, lo que es alarmante, pues se proyecta que con la incorporación de la vacuna para el virus Papiloma Humano en nuestras políticas públicas, exista la percepción de que las estrategias de tamizaje o detección ya no sean necesarias.
Las evidencias muestran que más que la cantidad de prestaciones en salud, los desafíos hoy se relacionan con el empoderamiento de las personas hacia el cuidado de su salud a través del curso de vida. El modelo de creencias en salud señala que la forma de conocer y comportarse está influenciada por las creencias y emociones de las personas, las que a su vez determinan las decisiones en salud. Para incrementar la cobertura del examen de PAP, las creencias deben ser consideradas al momento de intervenir nuestra población, empezando por valorarlas y comprenderlas para posteriormente modificarlas.