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ITS y resistencia antimicrobianos
Está claro que nos enfrentamos a una crisis de salud pública que amenaza también a la salud sexual y reproductiva humana, lo que sin duda originará una significativa morbilidad reproductiva, incluida la infertilidad, así como altos costos socioeconómicos.
Jueves 17 de noviembre de 2016
El año 2014, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió el informe “Resistencia a los antimicrobianos: informe mundial sobre la vigilancia” basado en antecedentes de 114 países, donde señala que la resistencia a los antibióticos es una realidad, hoy alarmante, que puede afectar a cualquier persona, independiente su sexo, edad o área geográfica donde habite.
En este informe, se establece que la resistencia está afectando a bacterias asociadas a infecciones comunes graves, como la sepsis intrahospitalarias, la diarrea, la neumonía, las infecciones urinarias y la gonorrea.
¿La gonorrea?, sí. Existe la percepción, que esta infección transmitida sexualmente está casi erradicada. No obstante, la OMS estima que cada año 131 millones de personas contraen Chlamydiasis, 78 millones gonorrea y cerca de 6 millones sífilis, de tal forma que las infecciones de transmisión sexual (ITS) clásicas o de antaño, continúan siendo una de los principales problemas de salud pública.
La gonorrea se transmite por relaciones vaginales, anales y orales, y actualmente está asociada a complicaciones graves en personas con defensas disminuidas o que viven con el Virus de Inmunodeficiencia Humana, dando origen a cuadros diseminados de difícil manejo. Esta infección es una de las ITS que más ha presentado resistencia a los antibióticos, incluso se han encontrado cepas multirresistentes que no responden a los esquemas de última generación, lo que ha dificultado el tratamiento principalmente de la gonorrea faríngea.
La explicación en este caso estaría dada porque la orofaringe proporciona un entorno rico de transferencia de genes de resistencia de otras bacterias que habitan en este sitio hacia Neisseria gonorrhoeae, agente causal de la gonorrea. En Austria, Canadá Japón, Suecia y principalmente Francia, se están confirmando, en número creciente, el fracaso en el tratamiento para esta infección.
En el caso de Chlamydiasis urogenital (CT), se ha reportado en aumento en ambos sexos, principalmente en la población joven y en hombres que tienen sexo con hombres, lo que sin duda aumentará las tasas de esta infección en mujeres que tienen relaciones anales. En este contexto, existe una creciente preocupación sobre el tratamiento de CT rectal, ya que se ha publicado hasta 22% de fracasos del tratamiento, donde en el tejido rectal, esta bacteria pareciera transformarse en un estado persistente que es menos sensible a los antimicrobianos.
El tratamiento antibiótico eficaz es un componente clave de la sífilis. Los esquemas a base de penicilina, los que habían mostrado eficacia de más de 65 años, han comenzado también a hacerse resistentes y se han tenido que explorar otra línea de antibióticos. Este uso de antibióticos alternativos, no han tenido los resultados esperados, lo que resulta preocupante en el caso de gestantes que cursan con esta ITS, ya que su agente causal se trasmite por vía transplacentaria.
Está claro que nos enfrentamos a una crisis de salud pública que amenaza también a la salud sexual y reproductiva humana, lo que sin duda originará una significativa morbilidad reproductiva, incluida la infertilidad, así como altos costos socioeconómicos. El llamado es nuevamente a emplear sólo en casos necesarios las terapias microbianas, pero también a llevar medidas de autocuidado, como el uso consistente y permanente del preservativo en todo tipo de relaciones sexuales.