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Maternidad tardía
Es una tendencia en aumento y en extensión, no sólo geográfica sino en la edad en que las mujeres están embarazándose por primera vez. Chile, no está ajeno a tendencia mundial, ya que pese al significativo descenso de la natalidad, los nacimientos en mujeres de 40 o más años van al alza.
Miércoles 24 de mayo de 2017
La maternidad ha pasado de ser un hecho natural y biológico hacia una opcional y condicionada por variables sociales, culturales y económicas del medio. Es una realidad que se observa en varias sociedades en el ámbito mundial desde hace algunas décadas, donde el acceso a la educación y al trabajo, a una mejor calidad de la salud y la forma como la pareja o la mujer deciden vivir su sexualidad, son los principales factores asociados a una maternidad después de los 35 años.
Según el informe Euro-Peristat 2013 sobre Salud Perinatal de países europeos, cerca de 35% de las mujeres italianas y 30% de las españolas experimentaron la maternidad después de los 35 años, una tendencia en aumento y en extensión, no sólo geográfica sino en la edad en que las mujeres están embarazándose por primera vez. De hecho, polémica ha generado la publicación de casos de madres a los 50 o más, ya sea a través de gestaciones espontáneas o embarazos por ovo donación.
Chile, no está ajena a tendencia mundial, y pese al significativo descenso de la natalidad, los nacimientos en mujeres de 40 o más años van en aumento. En 1990 hubo 5.773 nacimientos en este grupo y en 1999 hubo 7.001. Así, en el período 2005 – 2010, 3.6% (52.800 recién nacidos) de las mujeres chilenas tuvieron su primer hijo a los 45 años.
Pero, ¿cuál es la edad ideal para que una mujer se embarace? En un estudio publicado en nuestro medio el 2014, se determinó el rango de edad materna con menor riesgo reproductivo considerando el período 2005 a 2010. Se demostró con claridad que este período se centra de los 20 a 29 años y que la mayor mortalidad fetal, durante el período de recién nacido/a, infantil y materna es en los grupos de mujeres de 35 años o más. Estos resultados son similares a estudios internacionales.
Biológicamente la maternidad tardía está asociada a complicaciones, muchas debidas a las alteraciones crónicas preexistentes que trae la mujer - diabetes, hipertensión, obesidad o estrés - las que incrementan el riesgo de complicaciones maternas como el síndrome hipertensivo y la diabetes gestacional. Así, las mujeres mayores de 40 años, tendrían un aumento significativo de pérdida gestacional precoz, hipertensión arterial, diabetes, hemorragia periparto, partos instrumentales, operación cesárea y mortalidad materna. Además, en muchas gestaciones en edad avanzada se emplearon tratamientos de fertilización asistida, lo que incrementa la posibilidad de embarazos múltiple y el consecuente riesgo de prematurez y bajo peso al nacer.
Por otra parte, cuando una mujer envejece también lo hacen sus oocitos, por lo que existe una declinación en su cantidad, estructura y funcionalidad, lo que en la maternidad tardía favorece un aumento de la tasa de abortos espontáneos y de recién nacidos con anomalías cromosómicas.
La maternidad tardía es una creciente realidad en nuestra sociedad, por lo que los expertos señalan que para no generar angustia y ansiedad en las mujeres que acceden a una maternidad en edad avanzada frente a los potenciales riesgos que podrían tener, es fundamental una consejería y apoyo preconcepcional basada en el respeto a esta decisión. La postergación de la maternidad a edades avanzadas es un fenómeno demográfico característico de los países industrializados o en vías de desarrollo, lo que sin duda se presenta como un desafío para el Estado y sus políticas públicas.