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Maternidad tardía, un desafío para el sistema de salud
La maternidad tardía es una creciente realidad en nuestra sociedad, por lo que se hace necesaria una adecuada consejería previa a la concepción. Así, las mujeres deben conocer sus riesgos y disminuir aquéllos asociados a su estilo de vida. Gestaciones de mujeres en edad avanzada implican también la inversión en profesionales entrenados y equipos multidisciplinarios. Pero, además debemos avanzar en aspectos culturales...
Miércoles 29 de abril de 2015
Se ha publicado un incremento de mujeres chilenas que no tienen hijos desde el Censo de 2002, las que superan el 25% del total. Más aún, en Encuestas Longitudinales de Protección Social, muchas declaran su intención de no tenerlos, proporción que bordea el 50%.
Este incremento se relaciona con la transformación del concepto de la maternidad, que pasó de un hecho natural y biológico asociado a la femineidad, hacia una maternidad opcional y condicionada por variables sociales, culturales y económicas del medio. El acceso a la educación y al mundo del trabajo, una mejor calidad de la salud y la forma como la pareja o la mujer deciden vivir su sexualidad, son los principales factores asociados a una maternidad después de los 35 años.
Pero, así como la maternidad adolescente es un problema de salud pública, en las sociedades industrializadas que han experimentado la maternidad tardía desde hace varias décadas, ésta se presenta como un desafío para el sistema de salud, pues se asocia a la reducción de la fecundidad por debajo de los niveles que aseguran el reemplazo de una población. Por otra parte, retrasar el momento de la maternidad hasta los límites de lo biológicamente aceptable o emplear técnicas de reproducción asistida en edades avanzadas, no han estado exentos del análisis bioético y moral.
Biológicamente la maternidad tardía está asociada a complicaciones, muchas debidas a las alteraciones crónicas preexistentes que trae la mujer - diabetes, hipertensión, obesidad o estrés - las que incrementan el riesgo de complicaciones maternas como el síndrome hipertensivo y la diabetes gestacional. Así, las mujeres mayores de 40 años, tendrían un aumento significativo de pérdida gestacional precoz, hipertensión arterial, diabetes, hemorragia periparto, partos instrumentales, operación cesárea y mortalidad materna.
Por otra parte, cuando una mujer envejece también lo hacen sus ovocitos, por lo que existe una declinación en su cantidad, estructura y funcionalidad, lo que favorece un aumento de la tasa de abortos espontáneos y de recién nacidos con anomalías cromosómicas.
La maternidad tardía es una creciente realidad en nuestra sociedad, por lo que se hace necesaria una adecuada consejería previa a la concepción. Así, las mujeres deben conocer sus riesgos y disminuir aquéllos asociados a su estilo de vida. Gestaciones de mujeres en edad avanzada implican también la inversión en profesionales entrenados y equipos multidisciplinarios. Pero, además debemos avanzar en aspectos culturales, ya que vivimos en una sociedad donde la maternidad está asociada al ser mujer y hoy, debemos enfrentar este cambio, de aquellas mujeres que desean retrasarla o no vivenciarla.