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Al rescate de nuestro “tiempo”
Actualmente, la escasez de tiempo se está relacionado con la pobreza, pues incide en nuestro bienestar y calidad de vida.
Martes 19 de junio de 2018
En la actualidad vivimos la economía del conocimiento y cuyo valor radica -mayormente- en los intangibles. Existe un intangible que no reparamos y que siempre está presente en nuestras vidas, que es el factor tiempo. Los expertos enfatizan cada vez más en la gestión del tiempo y en cómo muchas de nuestras actividades que realizamos van perdiendo este recurso en actividades que nos sustraen momentos valiosos, que pueden atentar contra la productividad, nuestra salud, calidad de vida familiar y los cumplimientos de objetivos organizacionales. Por esto, invito a reflexionar sobre cuán relevante es tomar consciencia sobre el tiempo, de respetarlo y darle el valor que merece; tema que se está discutiendo en distintas esferas.
Hoy podemos hablar de los “consumidores de tiempo” en relación a “distractores” que nos hacen perder tiempo y ser menos eficientes, lo cual afecta la producción, por ejemplo, cuando entramos a Internet y nos perdemos del foco en que estábamos trabajando, es decir, cuando no existe una correcta planificación, en donde podemos dividir nuestro quehacer por importancia, más allá de las cosas urgentes, dejando espacio para el ocio y descanso.
Por otro lado, existen otros “consumidores de tiempo” que impactan -muchas veces sin que nos percatemos- en lo que hacemos y somos, pensando en que el tiempo nos entrega una oportunidad constante de desarrollo y que su carencia limita posibilidades y aspiraciones, desde poder pasar mayor tiempo con la familia a dedicar tiempo para algún hobby o para un proyecto personal. Es por esto que -actualmente- la escasez de tiempo se está relacionado con la pobreza, pues incide en nuestro bienestar y calidad de vida.
En este último punto hay varias dimensiones, siendo una -nuevamente- la producción, ya que las empresas empiezan a considerar nuestro tiempo como parte de ella o de la entrega de sus servicios, como cuando vamos a comer a un local y destinamos tiempo en llevar la bandeja con los desechos hasta el basurero o cuando compramos un mueble y nos demoramos un fin de semana en armarlo. Así todo, sin ser egoístas, es necesario tener claro nuestras prioridades y lo que queremos, para rescatar -si es necesario – nuestro preciado tiempo; y si bien existen procesos que en un corto plazo no van a depender de nosotros cambiar, hay otros que sí.
Quizás podemos empezar por evitar interrupciones en lo que hacemos, improvisar menos, replantear las reuniones cuando se vuelvan improductivas y hacer un uso adecuado del correo electrónico.