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El comunitarismo como respuesta a la pandemia
La pandemia nos hizo humanos nuevamente, haciendo posible la reconfiguración de nuestro ser social. La comunidad se volvió fuerte y organizada, como el soporte clave para hacer frente a la crisis sociosanitaria.
Lunes 4 de enero de 2021
Se cumplen nueve meses desde que la pandemia del coronavirus se asentó en nuestro país. Este virus no solo generó una crisis sanitaria de magnitudes, sino que también reveló el lado más vulnerable de un país acostumbrado a gastar en bienes materiales antes que en seguridad social. A esto, se suma que nuestra economía y el modelo ya habían sido azotados por el descontento social atribuible a una desigualdad que nos ubica dentro de los países con peores índices según la OCDE.
Chile tiene una sociedad fragmentada y con un débil tejido social, en el que el individualismo y el mercado trascienden a cualquier intervención que incluso atenta frente a la concepción de ser humano. Esta transgresión biológica mostró, en las primeras etapas de la emergencia sanitaria, un duro panorama sobre todo para las comunas más vulnerables.
Pero la pandemia nos hizo humanos nuevamente, haciendo posible la reconfiguración de nuestro ser social. La comunidad se volvió fuerte y organizada, como el soporte clave para hacer frente a la crisis sociosanitaria. Para la pérdida innumerable de empleos y de ingresos, un centenar de ollas comunes se organizaron en todas las comunas. Las personas mayores fueron ayudadas por las Juntas de Vecinos, al igual que las personas contagiadas, otorgándoles elementos de sanitización y víveres. Nos cuidamos entonces entre todos, o no existirá un futuro donde nos veamos nuevamente.
A pesar de las desigualdades sociales y económicas existentes en el país, las administraciones venideras deberán considerar a la salud como un fenómeno multidimensional dinámico. Por esto no hay que dejar de innovar, ya que tal vez no sea la última amenaza hacia la vida, y la mejor forma de hacer frente a cualquier crisis es desde el territorio, con las entidades públicas, privadas y académicas, lo cual también es un espacio participativo exitoso, considerando que el sistema económico es un medio en la sociedad y no un mecanismo impersonal carente de rumbo.