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Chile después de la elección y el proceso constituyente
Con un acto electoral pacífico se inició el proceso constituyente. Quedan por delante etapas complejas para la construcción de un nosotros indispensable en la democracia. Académico USS reflexiona sobre este importante proceso para el país.
Domingo 6 de junio de 2021
Esta reflexión podría centrar su análisis en aspectos positivos y esperanzadores del futuro político de Chile, ya que fue un proceso electoral pacífico y trasparente como ha sido la tónica republicana en el país desde el retorno a la democracia a fines de los ochenta del siglo XX. Además, se ha dado la elección al primer proceso constituyente paritario y con cupos o escaños para representantes de pueblos originarios.
Sin embargo, luego de las elecciones del pasado 15 y 16 de mayo, lo incierto de lo que se avecina en Chile respecto a los resultados de las elecciones del constituyente será la capacidad de construir puentes de entendimiento entre quienes representan en causas intransables, cuya legitimidad se ampara en deudas históricas de quienes se han sentido marginados del sistema político que ha administrado el poder en el país durante las últimas décadas.
En efecto, los independientes, contra todo pronóstico y superando las barreras que el propio sistema electoral les colocaba, han sido los triunfadores junto a la lista de los sectores de izquierda (Partido Comunista y Frente Amplio), quienes cuestionan la legitimidad del sistema político y social heredado porque argumentan a que responde a las directrices del «neoliberalismo».
Todo ello vaticina, por un lado, que fuerzas relevantes al interior del constituyente exigirán cambios estructurales y un cambio de «modelo de desarrollo»; por otro lado, actitudinalmente se podría esperar una especie de pasada de cuenta de los representantes de sectores que frente al orden político y social imperante en Chile se han sentido descartados. Es decir, las fuerzas políticas no institucionalizadas que encauzaron el estallido social de octubre de 2019.
Proceso Constituyente: ¿Se fortalecerá el tejido social en Chile?
Si la causa primera en los niveles de conflictividad social actual en Chile es básicamente haber perdido el nosotros y crear una sociedad de consumo en vez de una de personas, posiblemente la crispación ciudadana y el descrédito no tengan necesariamente una salida a través de un cambio en el papel del Estado, sino precisamente en la creación de espacios para la comunidad. Es decir, crear las condiciones para permitir la convivencia, lo cual requiere de voluntad y confianza entre nosotros.
El cambio de época que vivimos y que se reconoce como un cambio cultural profundo, que reacciona a los efectos y consecuencias de la modernidad sustentada en el materialismo y el utilitarismo, nos abre la posibilidad de que, tras perspectivas de sostenibilidad social y medioambiental, encontremos nuevos espacios para conceptualizar el desarrollo político y social de una nación. Lo cual permita un nuevo pacto social.
El éxito en la misión del constituyente no está garantizado, serán varias las dificultades que deberán atravesar sus integrantes para conseguir un reencuentro entre los chilenos y chilenas.