Anticipo de brotes de enfermedades respiratorias

No automedicarse y tomar atención a todas las medidas de prevención, es mejor que curar.

Jueves 14 de junio de 2018

Anticipo de brotes de enfermedades respiratorias
escrito por

Juan Cristobal Guerrero, director de kinesiología, U. San Sebastián sede De la Patagonia

Cientos de atenciones por afecciones respiratorias en las últimas semanas han llegado al sistema de salud del país. La llegada del invierno se sintió en los servicios de urgencia, esto explicado por el aumento de la circulación de virus respiratorios como el virus respiratorio sincicial (VRS), la que ha resultado más intensa de lo presupuestado que en años anteriores. Sumado a eso que su llegada se adelantó y tiene atochados los hospitales del país, con completa ocupación y activando la derivación a la red asistencial pública y privada.

No es principalmente el frío el que hace que estos virus afecten el sistema respiratorio, sino que los mecanismos de defensa de la vía área están vulnerables, la nariz y la boca, son los primeros mecanismos que nos defienden de microorganismos, ya que estos quedan adheridos en la mucosa de estas estructuras. ¿Entonces como nos protegemos? Cubriendo siempre nuestra vía aérea alta, boca y nariz, con una bufanda, por ejemplo, pues el frío actúa como un agente perjudicial para la función de la mucosa, siendo además un agente activo en la respuesta del sistema respiratorio a nivel bronquial.

Las complicaciones de mayor cuantía están en niños menores de dos años, adultos mayores, y las personas con enfermedades del sistema respiratorio, como Asma o EPOC (asociada al tabaquismo). Los niños son los que más afectados se ven con esta combinación, incluso registrando más atenciones de urgencia que adultos en este periodo, cuestión poco frecuente, ya que su sistema respiratorio está en proceso de maduración, así como sus mecanismos de defensa ante agentes externos.

Sumémosle a esto que en el periodo invernal solemos estar confinados a espacios más reducidos, con poca ventilación y con mayor aglomeración de personas, lo que hace que la transmisión de los virus en cuestión sea mucho más rápida. No se puede dejar de mencionar la contaminación medio ambiental del aire, ya que, al tener calefactores a leña que usen este combustible de mala calidad (alto porcentaje de humedad), favorece la presencia de partículas muy pequeñas en el aire, lo que aumenta el riesgo de disminuir los mecanismos de defensa del sistema respiratorio, invadiendo además nuestros pulmones y generando respuestas inflamatorias del sistema.

Cuidarnos de tantos factores suena difícil, sin embargo, no lo es tanto. Debemos evitar el contagio, disminuyendo el contacto con personas enfermas, pues las gotitas podrían llegar a viajar un metro entre una persona a otra, solo al hablar. Ventilar los espacios del hogar una vez al día, lavarnos las manos frecuentemente, limpieza de superficies y juguetes, disminuir la exposición protegiendo nuestras vías aéreas, y no enviar niños enfermos a salas cunas o jardines infantiles son pequeños actos que nos ayudarán a prevenir el contagio. Otros coayudantes pueden ser los asociados a la calefacción, encender y apagar artefactos fuera del hogar, usar leña lo más seca posible, evitar el consumo de tabaco u otros dentro de la casa, también ayudan a evitar la contaminación dentro de nuestros domicilios.

Respecto de la vacunación, este año en Chile se logró vacunar a un porcentaje importante de la población en riesgo, incluso más que en años anteriores. Fue una cobertura extraordinaria, pero la vacuna no evita el contagio, sino que mejora nuestras defensas para evitar que la signologia y sintomatología asociada a la influenza disminuya, y así la sensación no sea de “gripe” como comúnmente le denominamos, sino que solo parezca un resfrío.

Si todas estas medidas no fueron suficientes y enfermamos, nuestra primera respuesta es asistir a un servicio de urgencia, pero es importante saber, que debemos respetar el sistema de referencia de nuestro sistema de salud, partiendo siempre por los CESFAM, luego los SAPU y finalmente y ante una situación que comprometa el estado general (dificultad respiratoria, incluso estando tranquilo; silbido en el pecho; fiebre; decaimiento y rechazo alimentario en el caso de los niños), asistir a las unidades de Urgencia de los Hospitales, así evitamos aglomeraciones en centros de salud donde las posibilidades de contagio aumenta, y ahorramos tiempos de espera desagradables.

Esto último ocurre solamente porque no optimizamos el uso del recurso de la atención primaria, la que sin duda está preparada para esta contingencia, aumentando el número de horas disponibles para atención médica y kinesiológica, reforzando horarios, con extensiones en los CESFAM hasta incluso las 00 horas y manteniendo los SAPU y los servicios extrahospitalarios con una capacidad instalada mayor. Si existen dudas, está disponible el fono Salud Responde 600 360 7777. De todas formas, no automedicarnos y tomar atención a todas las medidas de prevención, es mejor que curar.

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