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¿Cómo advertir una crisis respiratoria en niños y adultos mayores?
Son varias las señales de alerta. Lo importante es poner atención a estos signos, para prevenir cuadros más complejos, que aumentan especialmente durante el período invernal.
Lunes 13 de agosto de 2018
En invierno y condiciones de calefacción, baja ventilación y opción por lugares cerrados o indoor, aumenta la probabilidad de microorganismos que pueden generar un compromiso mayor de las vías respiratorias, como es el caso del síndrome bronquial obstructivo en lactantes y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, entre los adultos mayores.
Las señales de alerta tienen que ver con el compromiso del estado general del niño y del adulto asociado a un cuadro de apremio respiratorio que va más allá de 24 horas de evolución. En el caso de los bebés, un signo grave es que rechace el pecho o la alimentación, presente aleteo nasal, quejido al respirar, además de hundimiento de las costillas intercostales al respirar.
Además del decaimiento, se produce el quejido cuando los bebés botan el aire y eso tiene que ver con el aumento del trabajo ventilatorio. Hay que consultar de inmediato a un médico, especialmente si son menores de 6 meses.
Adulto mayor
Cuando se trata de un adulto mayor, se presenta un compromiso del estado general, pero hay que estar atentos porque a veces con un cuadro respiratorio no presentan fiebre. Además, también hay hundimiento de las costillas y quejidos al respirar”. Sin embargo, la kinesióloga enfatiza que “la presencia de labios morados o la misma tonalidad en los pulpejos de los dedos es una emergencia, ya que constituye un signo tardío de un cuadro respiratorio.
Por la situación estacional existen la Campaña de Invierno y el Programa IRA, que corresponde a las Infecciones Respiratorias Agudas en el nivel pediátrico. Para ambos casos está garantizado el control y seguimiento farmacológico y no farmacológico de estas u otras condiciones de salud.
Asimismo, dentro de ese contexto se propicia el control de los factores de riesgo intra y extradomiciliarios para la ocurrencia de enfermedades respiratorias. Por ejemplo, es más agudo en el nivel pediátrico: el síndrome bronquial obstructivo que se genera por la confluencia de factores morfológicos, pero también por la gran cantidad de virus respiratorios que están circulando y asociados al ambiente y la contaminación.
Se produce en los pacientes una hiperreactividad de las vías respiratorias a raíz de diversos microorganismos, por ejemplo, de origen viral como una Bronconeumonía, el Virus Respiratorio Sincicial o algún tipo de Influenza, lo que favorece una obstrucción o el aumento de la resistencia al paso del aire en los pulmones.
Tratamiento kinésico
El pilar medular de los programas IRA y ERA es el profesional kinesiólogo, ya que no solo se requieren de determinados tipos de ejercicios, sino también de inhaloterapia, luego de un diagnóstico y la valoración del cuadro respirarorio. Se trata de favorecer, optimizar o recuperar la función respiratoria. Pero, los ejercicios respiratorios kinesiológicos no solamente uno los tiene que asociar a técnicas manuales. Parten desde la educación hasta el uso de un inhalador (pufs) y la Aerocámara o espaciador y oxígeno terapia.
La duración, cantidad y tipo de sesiones kinésicas dependerá de los signos y síntomas del examen físico y razonamiento clínico. En el caso de las técnicas respiratorias manuales para tratar a los niños, “son presiones directas en el tórax para favorecer la entrada de volúmenes pulmonares con cierta velocidad y facilitar la ventilación y permeabilización de las vías respiratorias. Es decir, remover las secreciones en zonas que no hay reflejo de tos.
Sobre los adultos mayores, la presión es distinta y se maneja el concepto de la fragilidad de los pacientes y existen los ejercicios activos dirigidos en la mayoría de los casos, lo que permite una colaboración en este proceso en que se manejan los volúmenes pulmonares y en la asistencia de la tos.
La permeabilización de las vías respiratorias y ejercicios para favorecer la entrada de aire es muy importante, ya que la disminución de movilidad espontánea y respirar a volúmenes corrientes más bajos se generan zonas de hipoventilación, que son un factor de riesgo para infecciones respiratorias (neumonía del adulto mayor).