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Jugar y aprender en vacaciones
La invitación es en estas vacaciones a darle un espacio al juego y mejor si es en familia, ya que el juego es parte importante de la vida del ser humano en sus diferentes etapas evolutivas, y le ayuda a madurar, crecer, comprender, socializarse y aprender.
Miércoles 18 de julio de 2018
Llegaron las tan esperadas vacaciones de invierno, un espacio en el cual los niños y niñas tienen el día disponible para jugar, leer, pintar, mirar televisión, pasear, viajar, entre otras tantas actividades que se pudieran enumerar. Este periodo es propicio para cambiar de rutina, lo que se convierte en un gran desafío para los padres, los abuelos o a quienes les corresponda el cuidado de un menor.
El mayor desafío es evitar que pasen el día atrapados frente a una pantalla y la frase a la que muchos cuidadores temen es un “estoy aburrido!“. Sin embargo, el aburrirse es parte de ser niño, es una oportunidad más para el aprendizaje.
Desde el aburrimiento surgen ideas creativas que, por cierto, hay que canalizar para evitar situaciones de peligro, pero que se pueden transformar en verdaderas experiencias de aprendizaje.
Muchos recordarán aquellos juegos de antaño, donde se construyeron castillos o fuertes con cartones y frazadas, pistas de carrera para autitos de juguete u otros inventos con lo que se tenía a mano. Ese juego favorecía la entretención infantil y no solo eso, pues también promovía la imaginación y la creatividad en esas horas donde la mente también edificaba aventuras e historias emocionantes.
No obstante, eso se ha ido perdiendo, pues cada vez se intenta ofrecer a los niños juguetes más elaborados, espacios comerciales de juegos que parecieran consumir esa imaginación, brindándoles a cambio, horas de entretención pasiva frente a una pantalla de televisor, computador, celular y otros. Precisamente, eso es lo que hace perder en ellos la oportunidad de crear y utilizar la imaginación para “no aburrirse”.
La invitación es en estas vacaciones a darle un espacio al juego y mejor si es en familia, ya que el juego es parte importante de la vida del ser humano en sus diferentes etapas evolutivas, y le ayuda a madurar, crecer, comprender, socializarse y aprender. En el juego también se lucha y se compite, o no, como en el caso de los juegos cooperativos. En el juego se estimula la alegría, la autoestima y la confianza en uno mismo.
Por lo tanto, el juego es una recreación de la vida humana, que a través del hecho de “jugar a…” realiza una transformación simbólica o imaginaria de la realidad, en la que el niño elige libremente el tema, el argumento, los materiales, el contexto, los resultados, etc., para interpretar, asimilar y adaptarse más fácilmente al mundo en que vive.