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Envejecimiento y pérdida auditiva
Insistir en la importancia de consultar al médico ORL en caso de presentar deterioro auditivo para buscar la solución adecuada no atribuyendo como única causa el proceso de envejecer.
Miércoles 4 de enero de 2017
- A medida que la persona envejece, ¿necesariamente perderá grados de audición?
- La pérdida de audición generada por el envejecimiento se conoce como presbiacusia. Se inicia en forma paulatina e imperceptible, pero luego de unos años llega a comprometer la capacidad para entender el habla. Se estima que cerca del 30% de las personas mayores de 60 años tienen algún tipo de pérdida auditiva, aumentando hasta un 90% en los mayores de 80 años. A pesar de estas cifras, es una enfermedad poco diagnosticada por el desconocimiento de los pacientes a consultar o el temor de usar una ayuda auditiva.
La presbiacusia es un tipo de hipoacusia que afecta principalmente al oído interno, específicamente a las células ciliadas externas y a sus estructuras anexas.
- Sí es así, ¿desde qué edad se empieza a perder audición? ¿de qué depende?
- La audición se comienza a perder desde el momento que el ser humano nace, por distintos factores los que pueden ser ambientales, elementos contaminantes, factores personales, genéticos, estado físico, aunque el factor más importante en la pérdida de la audición es el ruido pues produce la destrucción de un grupo de células encargadas de recepcionar la información auditiva (CCE).
- ¿Cuál es la prevalencia de menor audición y sordera en los adultos mayores? ¿Hay diferencias de género?
- La prevalencia de hipoacusia en Chile según la Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2009-2010, medida a través de autorreporte es de 32,7%. En el grupo de adultos mayores (65 años o más) el porcentaje asciende a 52,4%, siendo mayor la proporción de hombres (58,5%) que lo reportan en comparación a las mujeres del mismo grupo etario (48%). Además se asocia al nivel educacional y a infecciones del oído medio. Según la encuesta del Estudio Nacional de Dependencia en Adultos Mayores (Enadeam), realizada por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile (INTA) por encargo del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), se evidencia la tendencia al aumento del autorreporte de problemas auditivos con la edad, esto quiere decir que los adultos son cada vez más conscientes de su pérdida auditiva. (Cardemil, 2016).
- ¿Qué factores influyen? ¿Está asociado a ciertas enfermedades?
- Como se comentó, la causa fundamental de la pérdida de audición es la edad. Sin embargo, se ha de tener en cuenta otras causas del déficit auditivo como son los traumatismos, exposición a ambientes ruidosos, factores hereditarios, uso de medicamentos que dañan el oído (algunos tipos de antibióticos) y enfermedades crónicas (hipertensión arterial, cardiopatías, diabetes mellitus y dislipidemias).
- ¿En qué medida deteriora la calidad de vida del adulto mayor?
- Se sabe que la hipoacusia se asocia a depresión, deterioro de la calidad de vida, deterioro cognitivo, alteraciones conductuales y del sueño, disminución de la actividad social, fuerte deterioro de la comunicación y alteraciones de la memoria. Afecta, por tanto, la capacidad psíquica, física, y social asociada al déficit cognitivo, a los disturbios del humor y a los desórdenes del comportamiento. Lo anterior sumado a que además presentan alteraciones visuales, aumenta el riesgo de accidentes ante situaciones como sirenas, timbres, y dificultad para usar el teléfono, comprometiendo su integridad física y por ende la capacidad de vivir independientemente.
Según la última encuesta nacional de discapacidad, las personas que presentan problemas auditivos y que declaran que este problema les ha afectado para realizar trabajo remunerado alcanza hasta el 16,9%.. (Cardemil, 2015).
- ¿Qué soluciones se pueden ofrecer? ¿Tratamiento?
- Dado el envejecimiento poblacional de nuestro país es importante implementar una política pública de detección temprana de la presbiacusia. La academia americana de medicina familiar recomienda la realización de tamizaje (screening) auditivo subjetivo seguido de consejería y derivación apropiada en paciente desde los 40 años y más. Dado que más de la mitad de los pacientes con pérdida auditiva tienen menos de 65 años, es importante considerar comenzar el tamizaje antes de esta edad. (Fuentes, 2015)
En cuanto al tratamiento, actualmente se dispone de ayudas auditivas (audífonos) que mejoran la calidad de vida aunque no todos los pacientes se benefician de igual manera con estos, depende el grado de pérdida y la calidad de los audífonos. No obstante, existen otro tipo de medidas a tener en cuenta: evitar ruidos fuertes o al menos reducir el tiempo de exposición a los mismos (o bien, utilizar tapones u orejeras especiales), evitar la automedicación y controlar las enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, dislipidemias.
Por otro lado, aquellos que habitualmente se relacionen con personas con déficit auditivo, deberían tener en cuenta que es mejor hablarles a una velocidad normal, sin exagerar los sonidos, con tono de voz ligeramente elevado pero sin gritar (el grito distorsiona el habla y dificulta la comprensión), mirándoles de frente (para que puedan aprender a leer los labios) y sin ruido de fondo.
Por último, insistir en la importancia de consultar al médico otorrinolaringología (ORL) en caso de presentar deterioro auditivo para buscar la solución adecuada no atribuyendo como única causa el proceso de envejecer.