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Acciones que disminuyen el impacto negativo de la separación
La habilidad de los padres para dejar de lado los conflictos que ocurren en la pareja y permitirles a los niños el acceso a información, entendible y adecuada para ellos, resulta primordial para que vayan desmitificando ciertas ideas que aparecen como consecuencia de la separación.
Domingo 1 de marzo de 2015
El concepto antiguo, rígido, unánime e inmutable de familia es parte en la actualidad de la fluidez propia del cambio social. Es así que resulta frecuente la conceptualización de familias como monoparentales, separadas o ensambladas.
De esta manera también la separación de un grupo familiar implica reconocer que los estresores propios de este proceso no solo afectan a la pareja, sino que tienen un impacto importante en el resto de las personas que componen el sistema familiar. En el caso de los hijos, la literatura reporta la aparición de estados emocionales como inseguridad, temor y ansiedad, en que una de las mayores preocupaciones apunta a la percepción de un futuro incierto respecto de sus vidas en general.
Sin embargo, si este proceso de separación es bien elaborado, puede esperarse una disminución significativa de los síntomas perjudiciales.
Cuando se habla de una separación adecuadamente elaborada, primero que todo debemos remitirnos al bienestar psicológico de los padres, ya que, según los expertos, es un factor protector a la hora de una ruptura matrimonial, puesto que permite entregar un marco conceptual al niño, ordenado y fundamentado del porqué ocurrió la separación.
La habilidad de los padres para dejar de lado los conflictos que ocurren en el sub sistema conyugal y permitirles a los niños el acceso a información, entendible y adecuada para ellos, resulta primordial para que vayan desmitificando ciertas ideas que aparecen como consecuencia de la separación. Entre estas ideas pueden surgir: “yo soy el culpable de que mis padres se separen porque me he portado mal” o “si se separan ya no me querrán de la misma forma”.
Las características personales y ambientales del niño también tendrán incidencia en cómo vive el proceso, ya que se esperaría que niños con un estilo de apego seguro, relaciones interpersonales funcionales y una red de apoyo confiable, presenten menor cantidad de consecuencias negativas.
La tarea continúa una vez finalizado el proceso de separación, pues se debe mantener contacto con el padre que no viva con el hijo. Integrarlo a su nuevo estilo de vida resulta esencial, ya que comenzará a identificarlo como un ser independiente del padre con el que vive, lo que permite el entendimiento de que el amor al hijo es distinto y se puede separar del amor a la esposa(o).
Explicar cuál es la posición del niño en este nuevo escenario, que se espera de él y hacer previsible las acciones futuras y sus consecuencias predisponen un ambiente de seguridad frente a este cambio de escenario. De este modo se otorga a los niños herramientas que les permitirán sentirse más seguros.