Puede parecer muy común  hablar del GES,  e incluso nos alegramos de que una patología sea considerada dentro de las garantías explicitas en salud; y como no hacerlo, si este ha sido un gran avance en superar uno de los grandes problemas que presenta nuestra sociedad,  que es el elevado valor de la salud.

En efecto uno de los bienes inmateriales más preciados del hombre es la salud y la enfermedad el gran enemigo con el que lamentablemente todos sin importar clase social nos podemos enfrentar. Sin embargo,  se producía y se produce aun,  una desigualdad enorme en la manera de enfrentarlo.

Los problemas de la desigualdad en la salud, principalmente debido a las diferencias señaladas entre los que pueden pagar por su salud y los que no pueden, llevó al nuestro gobierno en 2002 a desarrollar una reforma al sistema de salud. La reforma de salud responde al interés de realizar cambios globales en el sistema institucional de atención de la salud mediante el establecimiento de principios fundamentales del derecho a la salud, la igualdad frente a la salud,  solidaridad en la salud, eficiencia en el uso de los recursos y la participación social en salud.

A ya más diez años de su implementación nadie puede negar que constituye un gran avance, lo que no significa que no exista aún mucho por avanzar. No es para nadie un secreto, que el problema se sigue presentando para las patologías no Auge, las que al no tener prioridad en la atención, implican largos plazos de espera en servicios públicos y al mismo tiempo, gran costo en el sistema privado.

No obstante la ventaja que presenta, es posible percatarse de cierto desconocimiento de la población en la manera de activar los beneficios que implica el Auge y eso se refleja en que veamos perdidos los beneficios que el Auge nos otorga.

En efecto es importante que todos sepamos, tanto beneficiarios de FONASA o ISAPRE, que existe un prestador preferente y que es a este donde debemos recurrir en caso de presentar un problema médico que pueda ser catalogado de Auge; que existe para nosotros un derecho y por ende para el médico una obligación de  notificar al paciente que dicha patología es Auge,  por otro lado existe un plazo de 48 horas para informar a la ISAPRE o a FONASA que una determinada patología ha sido diagnosticada como GES y por último que sólo en caso de que exista urgencia vital, vale decir que esté en riesgo la vida del paciente, es posible recurrir a un centro asistencial que no sea el prestador preferente. 

Una vez activado el Auge, es importante que la ciudadanía conozca los derechos que tiene y los exija. En efecto existen plazos de espera para las distintas patologías, que una vez vencidos dan derecho a presentar un reclamo dentro de los 15 días subsiguientes ante su seguro de salud, ya sea Isapre o Fonasa, desde que se presenta el reclamo, el seguro tiene dos días para designar un nuevo hospital o clínica para que lo atienda;  el centro de salud designado debe atender al beneficiario dentro de un plazo de 10 días desde la designación; si FONASA o la ISAPRE no designa un nuevo recinto de salud dentro del segundo día, o el establecimiento no estuviera en condiciones de cumplir con la Garantía de Oportunidad, es decir, que no puedan atender al paciente dentro de los diez días, la persona debe acudir a la Superintendencia de Salud, durante los 15 días siguientes, con el fin de presentar un reclamo en segunda instancia, en un plazo de 2 días, la Superintendencia designará un tercer hospital o clínica, quien le deberá otorgar la garantía en los 5 días siguientes desde la designación.

Es importante conocer el sistema para darle la aplicación que corresponde,  y al mismo tiempo reclamar oportunamente de la correcta aplicación, ya que somos nosotros los ciudadanos los principales fiscalizadores de un sistema que es beneficioso para todos, pero que cada día puede mejorarse un poco más.