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Presupuesto 2018: Una postergación al conocimiento desde las ciencias sociales
La posibilidad de analizar y estudiar fenómenos desde distintas miradas sin lugar a dudas enriquece el debate, lo hace sano e inclusivo, atento a escuchar las voces ciudadanas que bastante tienen que aportar.
Miércoles 25 de octubre de 2017
Tras la polémica suscitada por la disminución en el presupuesto 2018 para las iniciativas vinculadas a la ciencia llamada tradicional, puntualmente Fondecyt, podemos observar también que áreas tan relevantes para el desarrollo de nuestro país y el fortalecimiento de nuestra democracia, como educación, seguridad pública, capacitación y ciencias, verán mermados sus recursos para llevar adelante iniciativas que vayan en directo beneficio de la población.
Sin perjuicio de lo anterior, quiero enfocarme en lo que ha marcado la tónica de esta discusión, concretamente lo que respecta a las ciencias. Porque mucho se habla de la importancia del conocimiento, pero desde hace años que los fondos destinados a las ciencias sociales y humanidades están descuidadas por cuanto las instituciones estatales que deben proveer de fondos para investigación académica se inclinan a ciertas disciplinas las autodenominadas “disciplinas duras”.
Ello ha marcado la tónica en cuanto a la adjudicación de presupuestos destinados a la investigación coartando las posibilidades a quienes, desde las ciencias sociales las humanidades, buscan aportar al desarrollo y la comprensión de fenómenos que están sucediendo y cuyas dimensiones pudieran ser insospechadas. ¿Ejemplos? Por supuesto que los hay e inician con la llegada de inmigrantes a nuestro país, procedentes desde los más diversos lugares. Otros ejemplos son los cambios demográficos en cuanto a la conformación de las familias, donde la estructura ha cambiado y hoy constatamos una baja ostensible en cuanto a nacimientos en un fenómeno que, de paso, se condice con el aumento de nuestras expectativas de vida que, en promedio, se acercan a los 85 años.
Otro tema importante, y que ha marcado visiblemente la agenda pública, son las pensiones las cuales ante el aumento de los años de vida se convierten en un tema de suma importancia toda vez que necesitamos, por ejemplo, no solo replantear la edad de jubilación de los trabajadores para aumentar su cotización sino también, y desde una perspectiva social, cómo hacemos para fortalecer las estructuras y pilares de nuestra nación para entregarle un merecido reconocimiento, desde la óptica de la justicia social, a quienes han dedicado su vida entera a sacar adelante a sus familias, sus proyectos de vida, alcanzar el anhelado bienestar y aportar con su trabajo a Chile.
Qué duda cabe que son precisamente, las ciencias sociales, las llamadas a generar respuestas a las urgencias y demandas ciudadanas. Aclaro que no se trata de favorecer unas ciencias por sobre otras, sino de lograr un justo equilibrio y terminar con lo que, a mí juicio, no sólo obedece a una postergación sino también un acto discriminatorio entendiendo que en el mundo social hay personas que tienen amplias capacidades para hacer su aporte al desarrollo del país y a la comprensión de los fenómenos sociales.
Una de las mayores riquezas que presenta nuestro país es la tolerancia y el respeto hacia su diversidad. La posibilidad de analizar y estudiar fenómenos desde distintas miradas sin lugar a dudas enriquece el debate, lo hace sano e inclusivo, atento a escuchar las voces ciudadanas que bastante tienen que aportar. Los grandes avances de la humanidad han comenzado gracias al estudio, desarrollo y reflexión desde las ciencias sociales y las humanidades, en que se reflejan la ética, la filosofía, el derecho, la sociología, la antropología y las comunicaciones, entre otros. Si lo que queremos realmente es avanzar hacia líneas orientadas a la libertad y el progreso debemos necesariamente abrir la discusión y terminar con los sesgos entendiendo que, evidencia mediante, las posiciones extremas nunca serán buenas en términos de reflexión y diálogo. Nuestro país tiene académicos e investigadores con diferentes talentos y todos merecen ser apoyados por las políticas del Estado, sin sesgo.