La vuelta a clases para los estudiantes representa, en gran medida, una nueva oportunidad para comenzar de mejor manera para enfrentar los desafíos curriculares que cada año se presentan. Y cuando aprender una segunda lengua es lo que más acompleja, la pregunta que surge es ¿cómo retomar el aprendizaje después de más de dos meses sin estar expuestos?

Aquellos que disfrutan aprendiendo este idioma, probablemente han intentado mantenerse escuchando música o viendo videos en inglés, usando la Internet para buscar las letras de sus temas favoritos o los guiones de videos y películas de su interés, entre otras cosas. 

También es posible que a otros no se les haya ocurrido o no les interese el inglés con la misma intensidad. Entonces, ¿cómo debieran retomar esta asignatura?

Una buena idea es comenzar paulatinamente aprovechando el “paisaje lingüístico” con el que contamos en nuestro entorno más cercano. Esto quiere decir, aprovechar el inglés que podemos encontrar en el metro, en algunas tiendas, en letreros para turistas o menús, en carteles publicitarios, así como la publicidad de los avisos televisivos. Otra buena idea es que configuren su celular en este idioma.

Es importante tratar de sacar ventaja de recursos que están al alcance de los estudiantes. “Aprender un idioma extranjero es una tarea que implica un estudio regular, pero que al corto o mediano plazo, trae grandes beneficios.

Es que a muchos les gustan los videojuegos, a otros les gusta viajar dentro o fuera de Chile, quizás otros deseen realizar distintas labores en las que necesariamente el inglés es el idioma utilizado; también están aquellos a quienes les interesan los tutoriales. Existen un sinnúmero de opciones que podrían motivar a los más jóvenes a aprender y descubrir el mundo de oportunidades que brinda un segundo idioma. No deben tener miedo de preguntar a su profesor o profesora, sino todo lo contrario. Los profesores somos felices de responder las preguntas de alumnos curiosos.

En cuanto a la familia, sin importar lo diferentes que puedan ser, siempre se puede colaborar con preguntas simples como “¿qué aprendiste hoy en inglés?, ¿por qué no me buscas esta palabra en el diccionario (papel o app)?, ¿cómo estás estudiando esta asignatura para que te vaya bien?, ¿hijo/hija hagamos un dictado? Yo te digo la palabra en castellano y tú la escribes en inglés. Con este tipo de técnicas, estaremos desarrollando en nuestros hijos e hijas la capacidad para reflexionar sobre su propio aprendizaje, es decir, promoveremos su capacidad metacognitiva.