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¿En qué consiste la batalla microscópica contra en COVID-19?
El virus que infectó a los primeros humanos en China, a finales del 2019, ha sufrido muchas modificaciones en su material genético, volviéndolo más eficiente para su propagación. Doctor en Microbiología explica este fenómeno y la importancia que tiene estudiarlo para la generación de vacunas.
Sábado 29 de mayo de 2021
La pandemia de Covid-19 está lejos de terminar e impone grandes desafíos a nivel mundial. Pero ¿Por qué esta emergencia sanitaria dura tanto tiempo? La respuesta radica en la capacidad que tiene esta partícula viral de adaptarse al humano, de “humanizarse”, señala Waldo Díaz, doctor en Microbiología y académico de la Facultad de Ciencias para el Cuidado de la Salud de la Universidad San Sebastián (USS).
“Los virus se descontrolan cuando se les da la libertad para mutar. En el caso del que provoca el COVID-19, una de las partes de su estructura que más ha cambiado es la proteína Spike, que es la que interactúa con el receptor ACE2, presente, entre otros lugares, en las vías respiratorias del cuerpo humano”. Que el virus se humanice, continúa Díaz, “significa que este cambia y se adapta para poder infectar con mayor especificidad a los humanos, siendo mejor que el ancestro inicial nacido en Wuhan”.
Bajo este contexto, la gran batalla que libran los científicos es la de identificar las mutaciones del virus que definen sus linajes o grupos genéticos. “Existen plataformas donde los investigadores van reportando las mutaciones que detectan en los genomas del virus. Dentro de estas, han aparecido algunas de mayor envergadura, dando origen a las variantes. Entre estas destacan las denominadas variantes de preocupación como la británica, la brasileña, la sudafricana, y por otro lado la andina, esta última, identificada recientemente y con alta presencia en la segunda ola de contagios en Perú y Chile”, puntualiza el académico USS.
Estas nuevas variantes, denominadas “de preocupación” o “de interés” por su gran capacidad de infectar y transmitirse, son las que marcan el pulso de la otra batalla que convoca a la comunidad científica, que es la generación de vacunas con mayor efectividad contra el virus.
“En la actualidad existen vacunas de emergencia que ya están siendo administradas a la población, algunas incluso en fase 3. Para que este proceso de inmunización tenga un alto impacto y contribuya al término de la pandemia, debe ir casi a la misma velocidad en la que el virus va mutando. Al estudiar las nuevas variantes, a través de una trazabilidad genómica, se crea un soporte para crear nuevas vacunas, que sean más específicas, multivalentes y que sirvan para varias variantes del virus”, explica.
¿Qué pasa en Chile?
A juicio del especialista, quien también dirige uno de los laboratorios de diagnóstico de Covid-19 de la USS, el país no está haciendo un mal trabajo al respecto. “Los servicios de salud se fortalecieron para ponerse a tomar muestras a gran escala. Chile es uno de los países que más testea, sin embargo, el gran desafío es el de realizar una trazabilidad genómica y genética del SARS-CoV-2″.
Al trabajar en este punto es posible prever escenarios críticos, como el que enfrentamos en esta segunda ola de contagios. “Si hubiésemos hecho el estudio genómico durante la etapa estival, donde hubo una alta circulación del virus, hubiésemos podido pesquisar mejor las variantes que están actuando en este momento de la pandemia. Debemos aunar esfuerzos y mirar qué nuevas habilidades está generando este patógeno para sobrevivir y multiplicarse. Sin esta mirada microscópica la batalla contra el COVID se alarga”.