Hugo Lavados: “Urge una política demográfica que favorezca la natalidad”

“La situación actual es de 1,7 hijos por mujer o menos. De continuar la caída de la tasa de natalidad, a partir del 2030 nuestro desarrollo económico se estancará junto al descenso de la población”, sentencia Hugo Lavados.

Lunes 1 de febrero de 2016

Hugo Lavados: “Urge una política demográfica que favorezca la natalidad”

El ex ministro de Economía del primer gobierno de la Presidenta Bachelet y actual rector de la U. San Sebastián y presidente de AFP Cuprum, Hugo Lavados (66), es enfático en señalar que el desarrollo económico de un país depende del crecimiento de su población y en Chile las alarmas están encendidas, pues de continuar la tendencia de caída en las tasas de natalidad, "a partir del 2030 nuestro desarrollo económico se estancará, junto al descenso de la población".

"Una persona de 65 años o más, tiene un gasto en salud cinco veces superior a alguien de 30 y la mitad del gasto en salud de un individuo se concentra en los últimos 4 años previo a su fallecimiento", señala.

Y agrega: "Urge una política demográfica que favorezca la natalidad. La situación actual es de 1,7 hijos por mujer o menos".

El INE informó que, en 2020, Chile tendrá una esperanza de vida de 77,4 años para los hombres y 82,2 para las mujeres, por lo que instaron a las autoridades a desarrollar políticas públicas que garanticen una vejez digna a aproximadamente 3,3 millones de personas sobre 60 años que, para esa fecha, representarán el 17,3% de los ciudadanos.

El 49% de los hogares en el país es sostenido por un adulto mayor que, tras pensionarse, reingresa al mercado laboral. ¿Cómo impacta eso en la economía?
Según las estadísticas, los hogares que tienen como jefa de hogar a mujeres jóvenes y aquellos sostenidos por personas de la tercera edad son los más pobres. Muchas personas de la tercera edad no quisieran trabajar y están obligadas a hacerlo, para sostener a la familia. O asumen el rol de cuidadores de nietos o niños pequeños mientras sus padres trabajan. Lo más grave son aquellos adultos de edad avanzada que ya no pueden cuidar de sí mismos y requieren, especialmente entre las familias modestas, atenciones que normalmente recaen sobre mujeres. Ante estas situaciones, el Estado no tiene respuesta y para los grupos vulnerables instituciones privadas como Fundación Las Rosas o el Hogar de Cristo no dan abasto. Por otro lado, el precio de los medicamentos, como proporción del ingreso, es el más alto del mundo. No hay relación entre ese costo y el salario mínimo.

¿Qué pasa con los pensionados que reingresan al mercado laboral?
Desde una mirada pragmática, reincorporar al sector productivo a adultos mayores no tiene, de acuerdo a cifras internacionales, mayor impacto sobre la economía. En Chile, el 95% de las jóvenes generaciones termina la educación media y casi el 40% de ellos ingresa a la educación superior. Dos condiciones que un gran porcentaje de la población de la tercera edad no tiene resueltas y que les dificulta, por ejemplo, la actualización tecnológica, que para muchos adultos mayores que intentan regresar al mercado laboral es un tremendo obstáculo. Por otra parte hay muchos trabajos que hoy la población nacional, de cualquier edad, no está dispuesta a hacer pero requieren un vigor físico que las personas de la tercera edad no tienen. Un ejemplo evidente: la industria agrícola nacional está altamente tecnificada, para suplir la carencia de mano de obra del sector. Finalmente, el perfil de nuestra fuerza de trabajo está cambiando fruto de la creciente inmigración.

Imperativo ético
El economista afirma que el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), creado en 2003, nació desfinanciado, por lo cual hasta hoy poco puede hacer para contribuir al abordaje integral y sostenido de este tema.

Y sostiene que diseñar políticas públicas funcionales a la protección y cuidado de la población de la tercera edad "tiene un sentido ético/moral que es sustantivo para cualquier comunidad preservar, en el contexto de una cultura humanista enfocada en el bien común". Afirma que hay que proyectar esas políticas asumiendo que la estructura familiar está cambiando vertiginosamente en el país. A su juicio, las largas jornadas laborales o de estudio dificultan a la familia asumir roles de cuidado, protección y contención que la tercera edad demanda. "Esto implica la necesidad de incorporar a la rutina de los gobierno locales y regionales espacios de acogida, que unan esparcimiento y la creación de grupos de referencia generacionales, para acoger durante el día a quienes avanzan en  edad y no encuentran en la familia contención adecuada".

¿Qué pasa si en cuatro años no hacemos nada como país en este tema?
En primer lugar, el 2020 es una fecha de referencia, el problema ya está instalado y cada día que dejamos pasar, sin abordarlo integralmente, generamos una situación peor que la actual: más adultos mayores insatisfechos y enfermos de los cuales finalmente el Estado tendrá que hacerse cargo. En la demora, sólo habrá perdido la magnífica oportunidad de cumplir su rol oportunamente, respetando la dignidad de un grupo de ciudadanos.

Fuente: Diario La Segunda

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