La virtualidad de las clases escolares ha sido un gran desafío para docentes y estudiantes. Aquellos que tienen mayor autonomía han experimentado menos dificultades, pero no funciona igual para todos.

Así lo plantea Carola Quinteros, directora de la Escuela de Pedagogía en Educación Diferencial de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad San Sebastián, quien también afirma que resulta desmotivador, especialmente para profesores de niños pequeños, el que las cámaras estén apagadas al momento de hacer la clase en modalidad remota.

“No es posible aplicar las distintas estrategias que existen para ‘traer de vuelta’ a la sala a un estudiante inquieto o distraído, como se logra en la presencialidad.  Sin el contacto visual, aunque sea el de la cámara, no se puede advertir si el niño entendió o no alguna instrucción o requiere que se repita la información”, sostiene la académica.

Además, precisa que con las cámaras apagadas no se genera interacción entre los alumnos, que es tan necesaria en esta época. Para los profesores, la imagen “es un termómetro sobre lo que ocurre en la clase y una fuente de información primordial, puesto que en este contexto se nos han cerrado muchas otras, como los recreos, los proyectos o las visitas a lugares, donde se veían otras dimensiones de los estudiantes”.

A su juicio, la cámara, hoy es prácticamente el único elemento para tratar de traspasar la distancia física y buscar el desarrollo integral de cada niño.

Cámara y emociones

Por otro lado, la docente USS indica que es importante considerar que “cuando un niño no quiere mostrarse también está manifestando algo. Podría estar enojado o viviendo situaciones familiares difíciles, o tal vez no le gusta esta forma de hacer clases pues quisiera estar con sus compañeros”.

Después de un año de experiencia, los profesores han ido avanzando en el establecimiento de normas de convivencia que permitan una clase virtual eficaz.

En opinión de la experta: “encender las cámaras, regular los micrófonos, e incorporar todos los nuevos elementos que ofrecen las plataformas online, pueden ser excelentes complementos para el desarrollo de la educación, si se usan de la manera correcta”.

Cómo favorecer la participación online

La directora de Escuela de Pedagogía en Educación Diferencial entrega recomendaciones para mejorar la participación de los estudiantes.

• Identificar el lugar más apropiado para establecer la sala virtual o remota.
• Usar siempre el mismo lugar de la casa, con una buena iluminación y sin ruido ambiente.
• En lo posible, evitar la circulación familiar para que el estudiante no se distraiga.
• Emular el pupitre de la sala de clases, pues desde ahí se conectará a las clases, participará de ellas, hará sus tareas y buscará información.