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Gabriel Hammer: "No es razonable dejar de atender pacientes Fonasa, cuando más del 70% de los chilenos está en el sistema público"
El director del Instituto Oftalmológico Integral (IOI) señala que el centro comenzó a funcionar en 2007. En ese tiempo se realizaban aproximadamente 280 cirugías al año, con un equipo de doce personas. Siete años después se realizan más de 2.500 procedimientos quirúrgicos anuales y el personal se cuadruplicó. Desde que se creó el propósito fue tener una medicina de alto nivel profesional, inclusiva y al alcance de todos.
Martes 17 de febrero de 2015
En el país uno de cada cinco niños ya presenta limitaciones visuales antes de los 10 años. Un 14% de ellos incluso requieren la ayuda de anteojos, pero un tercio de ellos no los utiliza porque no saben que los necesitan dado que no son pesquisados a tiempo.
Ya en edad adulta el problema se acrecienta. A la aparición de la presbicia, miopía,o astigmatismo, se suman otras enfermedades más complejas como: el glaucoma, las cataratas, la retinopatía diabética, por nombrar algunas. De hecho, una de las especialidades con mayor demanda en hospitales y centros de salud es la oftalmológica. Según el Ministerio de Salud la lista de espera de esta especialidad ascendía a 153 mil personas a noviembre del 2014.
Si bien se han implementado diversas medidas para aliviar este problema, como la promulgación de la ley que permite a los tecnólogos médicos con mención en oftalmología a recetar lentes, la cual está vigente desde hace aproximadamente cuatro años, así como la apertura de nuevas unidades de atención primaria oftalmológica (UAPO) en varios centros de salud del país y la formación de nuevos especialistas, la brecha aún se mantiene.
En este contexto, el médico Gabriel Hammer señala que siempre tuvo un sueño: dar un servicio de excelencia en salud visual a un precio equilibrado al alcance de toda persona. "Ser médico y vivir en Chile, no es muy razonable dejar de atender pacientes de Fonasa, sabiendo que más del 70% de los chilenos está en el sistema público".
Fue así como surgió el Instituto Oftalmológico Integral (IOI) en 2007. “Ese año éramos cinco médicos y sumados a los funcionarios, el equipo completo era de 12 personas. Ahora la clínica duplicó su capacidad física, tenemos 330 metros de planta física, 6 consultas oftalmológicas, está toda la malla de exámenes, hay 5 tecnólogos médicos, 18 oftalmólogos y 45 personas contratadas, además de tener una sucursal en Viña del Mar”, cuenta el médico sobre el crecimiento que ha tenido la clínica en menos de una década y que es sede universitaria de las universidades San Sebastián, de Valparaíso y Andrés Bello, para la carrera de Tecnología Médica con mención en oftalmología, recibiendo tanto a alumnos en formación como internos en práctica profesional.
Este crecimiento para Hammer no es gratuito sino que se debe a un trabajo constante y humanitario de la profesión que realizan él y sus colegas en IOI, sin olvidar su rol en el mundo de la salud. “Somos una clínica privada que ha entendido que el sector público tiene una falencia enorme y que estamos dispuestos a trabajar de la mano con ellos. Hemos tenido una acogida extraordinaria en el sector público”.
Desde que el centro oftalmológico comenzó a funcionar hace 7 años han participado constantemente en licitaciones públicas y programas estatales, y agrega que entre los años 2008 y 2011 se adjudicaron una gran cantidad de licitaciones para realizar cirugías de cataratas a lo largo de todo el país, operativos que lo llevaron a lugares como Nueva Imperial, Punta Arenas y Villarrica. En esta última ciudad operaron a más de 500 pacientes de cataratas y atendieron a más de 1.600 personas.
“En ese sentido esta clínica se ha enfocado en resolver esas patologías de una manera especial, sin dejar de lado el resto de nuestro quehacer médico, pero dando una extraordinaria eficiencia de resolutividad a estas patologías derivadas como cataratas, retinopatía diabética, desprendimiento de retina, estrabismo y vicios de refracción en pacientes mayores de 65 años, enfermedades cubiertas por el Plan Auge y por las cuales son requeridos tanto por Fonasa como por Isapres.
Agrega que también “hacemos otras cosas de corte más social, atendemos a pacientes Fonasa A, que no tienen derecho a comprar bonos en el sistema de libre elección, dándoles acceso a consultas particulares a un precio muy razonable, muy módico, simplemente para que puedan acceder a nuestras atenciones de salud. También hemos realizado operativos a niños de la Fundación Luz. Todo esto es parte de nuestro aporte, nuestro granito de arena”, comenta el director médico.
“Un médico tiene que tener claro hoy en día de que si ha llegado a donde ha llegado es porque pudo recibir una buena educación y si bien se esforzó mucho para conseguirlo, no hay que desconocer que aun hay brechas muy enormes en distintos sectores, y en salud, por ser un tema muy sensible a lo humano y lo vital, se nota mucho esta brecha y además se relaciona directamente con la calidad de vida de las personas”, afirma Hammer sobre el rol que deben cumplir los profesionales de la salud.
Calidad sin distinción
“Cuando tú das un servicio de alta calidad a un precio que es equilibrado, la gente encuentra algo que está ausente: un centro tecnológico de alta gama profesional y una calidad humana de excelencia”, explica al hablar de la calidad humana de su equipo, aspecto en el que han puesto un especial énfasis, citando como ejemplo la orientación pre quirúrgica que se realiza en IOI.
"Una conversación llana, franca y directa con los pacientes y familiares, acompañados de folletos explicativos de la operación que se va a realizar, luego dirigirlo a la oficina de orientación clínica en dónde le explican todos los trámites administrativos. Las personas de esta oficina están entrenadas para detectar si el paciente aun tiene dudas médicas y poder referirlo de nuevo a dónde el médico tratante para que se las aclare, antes de seguir con el proceso administrativo prequirúrgico. Luego si el paciente no tiene dudas, la orientadora médica lo deriva a la siguiente etapa, que es la oficina de la enfermera, quien le realiza la entrevista prequirúrgica para entregar diversas indicaciones prácticas. “Ella es nuestro último filtro del paciente pre quirúrgico para detectar si el paciente ha entendido todo. Este proceso se realiza de forma secuencial e inmediata”, sostiene el médico.
Otro punto importante es el tiempo de atención: “No atendemos sobrecupos como norma, obviamente urgencias sí recibimos, porque una emergencia es una emergencia, pero la política general es que no se den sobrecupos y que se respete la hora del paciente pre agendado y que cada uno de ellos respete la hora, el tiempo y la calidad que les corresponde”, explica el director médico y agrega que esta política es “es muy importante, porque partimos de la base que una persona que va a un centro médico lo hace porque tiene un problema, y es penoso que el paciente se encuentre con un segundo problema como puede ser que la secretaria lo trate mal o que el doctor no le explicó nada de lo que tenía”.
IOI atiende mayoritariamente a pacientes de Fonasa en términos porcentuales anuales, que representan aproximadamente el 60 % del total de pacientes. En términos de prestaciones quirúrgicas es bastante parecido. “Para mi, personalmente, ser médico y no atender a pacientes de Fonasa, dedicándose sólo al sector privado no es mi forma de ver la medicina, porque para mí, que el dueño de algún holding importante de Chile y el más humilde jardinero compartan nuestra sala de espera no es algo negativo, sino que es la muestra de que realmente somos una clínica abierta”, dice Hammer al referirse al trabajo que se realiza en su clínica.