En Ecuador se disputará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, entre el correísta Andrés Arauz (32%) y uno delos dos candidatos que hoy disputan el segundo lugar: Guillermo Lazo (19,74%) y Yaku Pérez (19,38%). Lo estrecho del resultado y la revisión de algunas actas mantiene pendiente saber quién desafiará al que aparece con mejores posibilidades para regir ese país.

Ese mismo día será la primera vuelta en las elecciones en Perú, que ha tenido problemas de cambio de Presidente y de juicio a exmandatarios, pero que se apronta a resolver en las urnas quién gobernará en el próximo periodo.

Chile, por su parte, tendrá elecciones múltiples el 11 de abril: para la Convención Constituyente, de gobernador y de alcaldes y concejales.

Lo inédito del proceso y su ubicación pocos meses antes de otras elecciones -presidencial y parlamentaria— hace que estos comicios sean especialmente relevantes y aparezcan como decisivos para el futuro, sea quien sea el triunfador en los diferentes comicios. Las elecciones son una buena forma de resolver pacíficamente y de acuerdo a la voluntad de la gente sobre los gobiernos y la mejor organización política de una sociedad.

Sin embargo, en América Latina es bastante claro que no basta con elegir, sino que es preciso gobernar, administrar las diferencias, ser capaces de superar los conflictos y hacer gobernables a los países en momentos en que la democracia aparece cuestionada y amenazada por su propia ineficiencia, por el populismo y otros problemas propios de tiempos complejos.

No basta con prepararse para el 11 de abril. Es urgente y necesario tener ideas y capacidad de gestión para enfrentarlos desafíos, que exceden al proceso electoral, por muy importante que este sea.