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Encuesta Nacional de Consumo Alimentario
Parece ser que la causa del por qué el 95% de los chilenos no se alimenta en forma saludable radica en el nulo acceso desde edad temprana a educación alimentario-nutricional, incapacidad de lectura de los etiquetados nutricionales y elevada carga laboral que imposibilita el sentarse a comer o tener tiempo de preparar los alimentos.
Jueves 4 de diciembre de 2014
Los resultados de la encuesta nacional de consumo alimentario realizada por la Facultad de Medicina, Economía y Negocios de la Universidad de Chile da fundamento a la alta prevalencia de sobrepeso y obesidad que existe actualmente en la población chilena, abarcando esta problemática alrededor de un 67% según datos aportados por el Ministerio de Salud en el año 2010. Parece ser que la causa del por qué el 95% de los chilenos no se alimenta en forma saludable radica en el nulo acceso desde edad temprana a educación alimentario-nutricional, incapacidad de lectura de los etiquetados nutricionales y elevada carga laboral que imposibilita el sentarse a comer o tener tiempo de preparar los alimentos, existiendo en lugar de ello alta demanda de alimentos procesados, con gran contenido de azúcares simples y grasas saturadas que son de fácil acceso y rápidos de consumir.
Es relevante entender que existe un riesgo siete veces mayor de sufrir obesidad cuando uno de los padres es obeso y en la actualidad se observa una tasa de sobrepeso en mujeres en edad fértil muy elevada, por tal razón la evidencia científica actual señala que el sobrepeso u obesidad comienza en etapa fetal, impactando negativamente el patrón metabólico del niño o niña que está por nacer, convirtiéndose el 25% de los niños/as obesos en potenciales adultos obesos, dando paso a la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles, como diabetes, hipertensión arterial y dislipidemia, lo que genera un gran costo emocional, familiar y económico en lo que respecta a salud.
Se han desarrollado durante los últimos años algunas estrategias ministeriales para detener y/o disminuir la alta prevalencia de obesidad, sin embargo existe muy poca conciencia por parte de la comunidad respecto a esta patología, por tal razón es de suma importancia que las políticas públicas se orienten a educar a un grupo de la población que es particularmente relevante, es decir mujeres embarazadas y niños en etapa preescolar mediante un trabajo progresivo, paulatino en el tiempo, pero certero y con bases firmes, apoyado de las estrategias existentes en la actualidad. La única manera de lograrlo es bajo el alero de profesionales del área, nutricionistas como parte de los equipos de trabajo en salas cunas, jardines infantiles y colegios, no sólo como entes supervisores, si no que integrados a los planes de estudios de estos establecimientos, junto con eso es necesario revertir el déficit de nutricionistas profesionales en Hospitales públicos y así mejorar la calidad en la atención e ir cumpliendo las metas establecidas, pero con los recursos necesarios para ello, ya que muy difícil será detener esa pandemia denominada obesidad con sólo hablar del tema, se deben establecer lineamientos de trabajo concretos orientados a la promoción de salud y prevención de enfermedad, empezando por incluir a los profesionales expertos en el tema: Nutricionistas Universitarios.
