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¿Sabes cómo te impactarán los impuestos digitales?
Una de las principales incógnitas era cuánto deberían tributar las empresas digitales extranjeras en Chile. La respuesta: una tasa del 10%.
Martes 4 de septiembre de 2018
Tras el anuncio del proyecto de Modernización Tributaria, han surgido dudas sobre los alcances que tiene y principalmente en qué afecta al bolsillo de los chilenos. Si bien conceptos como integración de tasas tributarias, depreciación acelerada, depreciación instantánea, defensoría del contribuyente, entre otros, no hacen mucho sentido a todos, hay medidas que afectarán directamente el bolsillo.
Por ejemplo, la cuenta de Netflix o Spotify saldrá más cara a fin de mes en el caso específico de los impuestos digitales.
Hace unas semanas se generó un debate sobre este mismo punto y una de las principales incógnitas era cuánto deberían tributar las empresas digitales extranjeras en Chile. La respuesta: una tasa del 10%. Este impuesto correrá para plataformas como Netflix, Spotify, Airbnb, Aliexpres y Amazon.
Pero, ¿en qué se traduce ese 10%? Es un impuesto al valor agregado, que siempre lo termina pagando el consumidor final. “En palabras simples, hará que ese 10% se traspase directamente al consumidor. Por ejemplo: si la cuenta de Netflix Premium cuesta hoy 7 mil pesos mensuales, con la llegada del nuevo régimen debería costar unos $7.700. Esa diferencia de cada mes hará que al año se paguen $8.400 adicionales, lo que equivale a más de un mes de suscripción. Si se hace el mismo ejercicio con Spotify, el que mensualmente Premium cuesta $3.490, el precio con la reforma en marcha será de $3.839.
En los servicios anteriores, como se pagan con tarjeta de crédito, el interés por usar la tarjeta se calculará por un precio mayor, si se paga con retraso, por lo que el monto ascenderá. La tasa del 10%, entonces, implica subir el precio de un producto para que el Estado pueda recaudar. En todo caso, es una medida que hoy se está tomando en todo el mundo, no es solo un problema de Chile. Por lo tanto, no es de extrañar que se regule de esta forma la denominada “economía digital.