El ministerio de Salud ha puesto un alerta por el incremento en 25% de las notificaciones de personas afectadas por Listeria monocytogenes (LM) para el 2015, en comparación al año anterior.

LM es una bacteria de vida intracelular, de tal forma que después de la ingestión del elemento contaminado, se internaliza en las células, y como es un microorganismo móvil, va proliferando e invadiendo tejidos, pudiendo atravesar el intestino, la placenta y la barrera hematoencefálica, favoreciendo el desarrollo de meningitis y/o encefalitis.

El riesgo de infección en las embarazadas es de 17 veces mayor que en la población general y se asocia a la pérdida gestacional, ruptura de las membranas, parto prematuro e infección o sepsis del recién nacido/a.

La listeriosis es principalmente una infección transmitida por los alimentos, sin embargo, LM se encuentra ampliamente distribuida en la naturaleza, pudiendo aislarse en el suelo, vegetales, peces, polvo, agua, alcantarillado, estiércol, ensilaje y alimentos para animales. Esta bacteria tolera temperaturas altas y bajas, así como elevadas concentraciones de sal, por lo tanto, contaminar alimentos y carne cruda refrigerada y resistir procesos de preservación a los cuales comúnmente son sometidos los alimentos. De ahí la precaución por los productos elaborados artesanalmente como helados, quesos, embutidos y productos ahumados.

Desde la década del 80 se vienen reportando a nivel mundial algunos brotes epidémicos y aunque no existe un claro patrón estacional, la enfermedad tiende a presentarse en el período estival y principios de otoño. Por esto, la alerta que el Ministerio de Salud ha establecido, ya que hace unos años presentamos un brote de listeria por el consumo de embutidos.

Actualmente esta enfermedad transmitida por alimentos es de gran preocupación para la salud pública debido a la gravedad del cuadro, la alta tasa de letalidad, el largo período entre el contagio y la manifestación de los síntomas y la predilección por personas vulnerables inmunológicamente como gestantes, recién nacidos, adultos mayores y personas inmunodeprimidas.

En esta época de verano y vacaciones muchas personas se trasladan al campo, montaña o playa. Estos cambios sin duda alteran nuestros hábitos principalmente alimenticios. Precaución entonces con la ingesta de potenciales productos contaminados.