- Usted está en:
- Portada / Columnas de Opinión / Erica Castro
Catástrofes y Salud Sexual Reproductiva
Pos catástrofe, las mujeres declaran ciclos menstruales irregulares y se ha observado función ovárica disminuida. También se ha demostrado el incremento de infecciones vaginales y urinarias...
Miércoles 21 de octubre de 2015
Chile es un país altamente expuesto a catástrofes naturales. En los últimos años terremotos, incendios, inundaciones y erupciones han afectado a diversas zonas del país.
Frente a un desastre natural se estima que entre una tercera parte y la mitad de la población expuesta presenta reacciones emocionales, tales como trastornos de ansiedad, crisis de pánico, depresión, estrés postraumático, entre otras. Pero, ¿cuál es el impacto que estas catástrofes pueden tener en aspectos de género y salud sexual reproductiva?
Este tipo de eventos exponen a la población, especialmente a las gestantes y lactantes, a contaminantes ambientales, al estrés psicológico y la falta de acceso a la atención de salud y medicamentos. Además, pos catástrofe, las mujeres declaran ciclos menstruales irregulares y se ha observado función ovárica disminuida. También se ha demostrado el incremento de infecciones vaginales y urinarias.
Frecuentemente la vivienda queda destruida por el desastre y muchas familias se ven obligadas a reubicarse en albergues. Estos espacios no son adecuados para las tareas diarias, aumentando la carga doméstica de la mujer y disminuyendo su libertad de movimiento para buscar fuentes alternativas de ingreso. Por otra parte, como son las mujeres quienes se encargan principalmente del cuidado de los niños/as, personas ancianas o discapacitadas, quedan sin libertad de migrar para buscar trabajo después de un desastre y a cargo del grupo familiar. Además del aumento de los hogares encabezados por mujeres y que la mayoría de las personas residentes en los albergues son mujeres, varios estudios han revelado un aumento en los niveles de violencia doméstica y sexual después de los desastres.
Por otra parte, posterior a una catástrofe natural, el restablecimiento de los servicios de salud, incluyendo la entrega oportuna de métodos de anticoncepción puede verse afectado. En un estudio pos terremoto 2010, se observó un aumento en la percepción en la dificultad para obtenerlos de 3.9% a 16.5%, considerando que es la anticoncepción hormonal oral la que con mayor frecuencia se emplea en nuestra población.
La economía de un país se ve alterada por los daños ocasionados por un desastre natural, afectando por consiguiente el campo laboral de los/las habitantes. La Organización Panamericana de la Salud, en un estudio del 2002, hace mención a la vulnerabilidad que sufren las mujeres en el ámbito laboral posterior a un desastre, debido a que ellas ocupan las áreas productivas más informales, con menor remuneración o de trabajo independiente, siendo estos sectores los más perjudicados y dejando a más mujeres que hombres desempleados.
Académicos de la Universidad de Pennsylvania publicaron hace unos meses, que nuestro país es un ejemplo a la hora de enfrentar catástrofes naturales. Se fundamentan en los hitos de la reconstrucción pos 27-F, donde las pérdidas económicas alcanzaron 18% del PIB, equivalente a más de veinte veces que el daño ocasionado por el huracán Katrina el 2005. Mencionan que a la hora de enfrentar catástrofes es preciso los principios de: la preparación previa en las zonas que son propensas a los desastres, la protección financiera a través de seguros y la presencia de un liderazgo competente para adoptar las acciones inteligentes y decididas en los meses posteriores a un gran desastre. Sin embargo, es necesario considerar también las necesidades e inquietudes particulares de las mujeres en los preparativos, respuesta y reconstrucción para los desastres. Según expertos, un plan comunitario de preparación y de respuesta para desastres que considere la vulnerabilidad física, psicológica, social y económica de las mujeres ayudará a reducir la inequidad de género después de estos eventos.