- Usted está en:
- Portada / Columnas de Opinión / Erica Castro
Diabetes mellitus
Esta enfermedad desencadena múltiples complicaciones médicas, psicológicas y sociales, más cuando no es controlada o mal llevada. En el ámbito de la Salud Sexual y Reproductiva, la DM impacta en el área perinatal y sexual primordialmente.
Viernes 13 de enero de 2017
Diabetes mellitus (DM) es una enfermedad compleja y crónica con múltiples complicaciones que conducen a una mayor mortalidad, mala calidad de vida y una creciente carga de salud pública. La Organización Mundial de la Salud indica que una de cada once personas padece esta enfermedad. El 2014, 422 millones de personas adultas tenían DM.
Existen dos tipos de DM, la tipo 1, que se presenta con mayor frecuencia en niños/as adolescentes o adultos jóvenes y está asociada a factores autoinmunes donde ocurre una destrucción de las células beta del páncreas productoras de insulina. Sólo una de cada diez personas padece este tipo de DM, pues 90% presenta DM tipo 2, caracterizada por niveles de glucosa sanguínea elevados lo que altera la función del páncreas ante esta sobrecarga. En la génesis de la DM 2 está la obesidad, como un factor asociado en personas con predisposición genética.
La DM desencadena múltiples complicaciones médicas, psicológicas y sociales, más cuando no es controlada o mal llevada. En el ámbito de la Salud Sexual y Reproductiva, la DM impacta en el área perinatal y sexual primordialmente.
DM puede tener importantes consecuencias en la evolución de la gestación. Un embarazo normal se considera per se, como un estado diabetogénico, pues se producen cambios metabólicos maternos adaptativos para favorecer una adecuada nutrición feto placentaria. De ahí que las mujeres con DM gestantes se exponen a serias complicaciones, ya que el elevado índice de glucosa sanguínea materna es el principal factor asociado a estos efectos adversos. La prevalencia de anomalías congénitas en hijos de mujeres con DM 1 o 2, es entre hijos de mujeres con DM pre- existente, tanto 1 como 2, es 4 a 10 veces mayor que en mujeres no diabéticas. Así, embarazadas con DM tienen más riesgo de macrosomía o desarrollo fetal aumentado en peso/talla de acuerdo a la edad gestacional, lo que puede desencadenar algunos accidentes en el momento del parto como la fractura de clavícula de la criatura y un mayor índice de cesárea. Además, los hijos/as mujeres con DM tienen más riesgo de un síndrome de dificultad respiratoria al nacer y de una hipoglicemia de rebote. Lamentablemente, más de dos tercios de todos los embarazos en mujeres con diabetes no son planificados, por lo que cursan con índices desregulados de la glicemia, lo que aumenta estos riesgos de morbilidad y mortalidad fetal.
Por otra parte, sin duda la DM se asocia a importantes alteraciones en la respuesta sexual humana. La más documentada es la alteración de la función sexual en los hombres. De hecho, la primera mención al respecto data del siglo 10 dC. Existe evidencia que hombres con DM tienen disfunción eréctil, la que se produce seis a diez años antes que en los no diabéticos y la severidad se relaciona con la data de la enfermedad y el mal control metabólico de la enfermedad. En el caso de la mujer con DM, han sido menos estudiados pero, se ha publicado mayores frecuencias de dispareunia o dolor en el acto sexual debido a una menor lubricación y una disminución en el deseo sexual. En este caso, factores orgánicos y psicológicos relacionados a la autoestima parecen actuar sinérgicamente.
En Chile, cerca de dos millones de personas tienen DM, una de las cifras más altas de Sudamérica. Así, son alarmantes las tasas de obesidad infantil y los índices de DM 2 en ascenso en adolescentes. En aspectos de Salud Sexual reproductiva, los desafíos están orientados a la consejería preconcepcional y a la educación fundamentalmente a los y las jóvenes.