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Fertilidad y calentamiento global
Durante 2015, la temperatura del aire de la superficie terrestre aumentó considerablemente, experimentando un ascenso de 1.02 °C. Este calentamiento global, sumado al fenómeno de El Niño, originará que durante 2016 se continúen presentando alzas históricas.
Viernes 22 de abril de 2016
Durante 2015, la temperatura del aire de la superficie terrestre aumentó considerablemente, experimentando un ascenso de 1.02 °C. Este calentamiento global, sumado al fenómeno de El Niño, originará que durante 2016 se continúen presentando alzas históricas.
Esta condición climática, sin duda ha traído severas repercusiones en la salud de las personas. Pero, ¿impacta este calentamiento global sobre la fertilidad y la reproducción? Sí, definitivamente. Existen evidencias considerables que indican que el cambio climático y el incremento de la temperatura afectan no sólo el ciclo reproductivo de muchas especies en la escala evolutiva, sino que la fertilidad y la reproducción humana.
En una investigación europea, se analizó las tasas de nacimientos anuales de 19 países industrializados que tenían disponible los registros de temperatura atmosférica desde 1900 a 1994. En general, la tasa de natalidad se redujo notablemente a lo largo del siglo XX, excepto durante el período 1940 a 1964, donde hubo una explosión demográfica probablemente asociada a la pos guerra. Curiosamente, hubo una relación inversa entre los cambios en las temperaturas globales y las tasas de natalidad.
Para las Naciones Unidas, la tasa global de fecundidad también disminuyó en el último siglo con el consecuente descenso de los índices de natalidad. Esta baja fue evidente en países poco desarrollados como los del África subsahariana y más marcada en los países industrializados, situación crítica, porque se estima que para 2040, estos últimos experimentarán un crecimiento negativo de su población.
Por otra parte, en un estudio realizado por la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de Estados Unidos, se analizaron 80 años de fertilidad versus la temperatura ambiental de este país, observando que cuando ésta bordea los 26.6°C, la tasa de nacimientos baja durante los nueve meses siguientes en 0.4%, en un proceso irreversible que no se recupera durante la temporada más fría que se presente a continuación.
Las evidencias también muestran que en los días calurosos, el número de actos sexuales y la libido o deseo sexual sufren un gran descenso. Así también se ve alterado el flujo de las hormonas del eje hipotálamo – hipófisis – ovario/testículo, la calidad del semen y la calidad del óvulo. Por otra parte, la exposición al calor directo, principalmente en las regiones con mayor radiación, altera la adaptación de las mujeres al embarazo y al curso de éste, favoreciendo la pérdida gestacional y probablemente la tasa de abortos espontáneos.
Diversos cambios sociales, culturales, médicos y económicos han afectado las tasas de natalidad y Chile no ha estado exento de la influencia de estas variables. De hecho, hoy tenemos unas de las tasas de natalidad más bajas en Latinoamérica y un índice de fecundidad que bordea 1.5/hijos mujer. Así, se ha observado una disminución sostenida de la mortalidad, lo que ha incidido en un envejecimiento de la población.
Estos cambios en la estructura demográfica de muchos países, proyectan algunos efectos adversos en las futuras décadas, como la disminución de la población joven y de la fuerza de trabajo. De ahí, que la reducción en la tasa de fecundidad se ha convertido en una preocupación pública en áreas geográficas afectadas. La relación del efecto de la temperatura y la fertilidad resulta un interesante tema para investigar y monitorear. Así, se hace necesario considerar la influencia de los factores climáticos sobre el estudio de la pareja infértil.