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Gonorrea y resistencia
La gonorrea se transmite por relaciones vaginales, anales y orales, y actualmente está asociada a complicaciones graves en personas con defensas disminuidas o que viven con el Virus de Inmunodeficiencia Humana, dando origen a cuadros diseminados de difícil manejo.
Martes 25 de abril de 2017
El Instituto de Salud Pública ha indicado recientemente en su boletín de vigilancia, que Chile muestra un explosivo aumento de los casos de gonorrea en el período 2010 – 2015. De 532 casos notificados en 2010, se presentaron 1.640 en 2015, un incremento superior al 200%. Además, en este informe se observa un mayor número de cepas resistentes al ciprofloxacino, antibiótico de elección para esta infección: de 31% para 2010, la resistencia subió a 63% el 2016.
La gonorrea se transmite por relaciones vaginales, anales y orales, y actualmente está asociada a complicaciones graves en personas con defensas disminuidas o que viven con el Virus de Inmunodeficiencia Humana, dando origen a cuadros diseminados de difícil manejo.
Esta infección es una de las infecciones transmitidas sexualmente que más ha presentado resistencia a los antibióticos, incluso se han encontrado cepas multirresistentes que no responden a los esquemas de última generación, lo que ha dificultado el tratamiento principalmente de la gonorrea faríngea.
La explicación en este caso estaría dada porque la orofaringe proporciona un entorno rico de transferencia de genes de resistencia de otras bacterias que habitan en este sitio hacia Neisseria gonorrhoeae, agente causal de la gonorrea. En Austria, Canadá Japón, Suecia y principalmente Francia, se están confirmando, en número creciente, el fracaso en el tratamiento para esta infección.
El impacto económico de las infecciones producidas por bacterias resistentes a los antibióticos aumenta cada día, y en Chile se estima que tiene un costo adicional de US$70 millones al año para el sistema público. En el caso de la gonorrea, es probable que nunca se pueda cuantificar con certeza los alcances de los cuadros asociados a ésta, especialmente en los casos asintomáticos y en aquéllos tratados en la práctica médica privada. No obstante, la OMS estima la pérdidas por gonorrea en 440.000 años de vida potencialmente perdidos (DALYs), los cuales se prevé aumenten con el agravamiento de la resistencia y las consecuencias asociadas, tales como gonorrea diseminada, artritis gonocócica, infertilidad y ceguera infantil.
La alta prevalencia de gonorrea a nivel mundial, las severas limitaciones en dar un diagnóstico que permita un tratamiento adecuado y el constante aumento de su resistencia a los antibióticos, son problemáticas que deben ser abordadas en las políticas de salud actuales. Por otra parte, se debe tener conciencia que cualquier persona puede adquirir esta infección, por lo que el llamado es ser consecuente con medidas de autocuidado, como el uso consistente y permanente del preservativo en todo tipo de relaciones sexuales.