- Usted está en:
- Portada / Columnas de Opinión / Erica Castro
Impacto del virus Zika en la salud sexual y reproductiva
La transmisión madre – hijo ya se había demostrado en un estudio en la Polinesia francesa, donde se registró un aumento inusual en las malformaciones congénitas del sistema nervioso central, en un período que coincidió con un brote por el virus Zika en esa área geográfica.
Jueves 25 de febrero de 2016
Desde su identificación en 1947 en Uganda, los casos de fiebre por virus Zika (ZIKV) en humanos eran escasos y controlados en África y Asia. Pero, el 2007 y el 2013 se produjeron grandes brotes en la Polinesia francesa, donde se comenzó a saber más de las potenciales complicaciones, principalmente neurológicas y autoinmunes de la enfermedad. Y, desde mediados de 2015, un brote sin precedentes se ha extendiendo con rapidez en las Américas, fundamentalmente en América del Sur. Las cifras de proyección de la Organización Mundial de la Salud consideran tres a cuatro millones de afectados considerando a Brasil con cerca de la mitad de los casos.
Esto, por cierto, ha generado una alarma sanitaria mundial, pero también ha vertido incertidumbre y desconcierto. ¿Por qué? Porque hasta ahora se desconocía el potencial impacto de esta enfermedad en la salud sexual y reproductiva humana. El brote de virus Zika en Brasil se ha asociado con un aumento significativo de recién nacidos con microcefalia congénita, un desarrollo insuficiente del cráneo y de la masa encefálica. Hace unos días, aumentó a 462 el número de casos confirmados de microcefalia asociados a este virus y se investigan otros 3.852 casos en ese país.
La transmisión madre – hijo ya se había demostrado en un estudio en la Polinesia francesa, donde se registró un aumento inusual en las malformaciones congénitas del sistema nervioso central, en un período que coincidió con un brote por el virus Zika en esa área geográfica. Un estudio reciente demostró la presencia de este virus en el líquido amniótico de dos gestantes con hijos microcefálicos, y en una mujer embarazada europea que cursó la enfermedad y que decidió interrumpir la gestación, el virus fue encontrado depositado en las neuronas de los tejidos cerebrales del feto. Ante estos hallazgos, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades declaró una posible asociación causal entre la microcefalia en los recién nacidos y la infección por virus Zika durante el embarazo, pero aún con insuficiente evidencia disponible para confirmarla o refutarla.
Otro aspecto que ha generado inquietud es el modo de contagio, que hasta ahora se consideraba transmitida por los mosquitos del género Aedes. De ahí todo el resguardo en las condiciones de salubridad ambiental, el uso de repelentes efectivos y el manejo con los bancos de sangre para evitar la transmisión del virus desde donantes infectados. Pero, ya el 2011 se menciona una probable transmisión sexual del virus Zika y en las últimas semanas en Estados Unidos se reportó la probable transmisión sexual de un nuevo caso. En el Reino Unido se demostró recientemente la permanencia del virus en el semen de un hombre hasta dos meses posterior al contagio. Es más, actualmente se desconoce cuánto tiempo puede sobrevivir en la saliva, orina y leche materna.
Entonces, estrategias para la prevención y control del virus Zika deben incluir ya no sólo el uso de repelente de insectos y la erradicación del mosquito vector, sino que restricciones de viaje a áreas endémicas de virus Zika para gestantes, equipos de salud perinatal actualizados sobre la temática, posponer el embarazo para las mujeres que viven en zonas endémicas y el empleo de preservativo ante relaciones sexuales ocasionales con personas de las áreas afectadas. El virus Zika sin duda requiere la mayor vigilancia y el máximo de precaución y de medidas preventivas, ya que estamos frente a una enfermedad en que hay muchas incógnitas respecto a su curso natural, modos de transmisión y posibles complicaciones en la salud sexual y reproductiva.