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Instinto maternal y abandono
Desde una visión histórica que ha tenido este instinto, la filósofa Elisabeth Badinter ha argumentado que el amor maternal no es un instinto arraigado en la naturaleza de la mujer, sino un comportamiento socialmente adquirido, entonces necesariamente incierto e imperfecto.
Viernes 21 de octubre de 2016
Impacto ha causado en las últimas semanas, la visibilización de una realidad que está ocurriendo con frecuencia en varios centros hospitalarios del país, como es el abandono de recién nacidos/nacidas por parte de sus madres después del parto, los/las cuales permanecen varios meses dentro de estos recintos sólo en contacto con profesionales que les dan sus atenciones de salud diarias.
Históricamente, el abandono del recién nacido ha sido una forma de vida en algunas culturas, y en otras, una práctica inaceptable. En el mundo antiguo, la práctica aceptable del abandono se realizaba con el intento postnatal para controlar el tamaño de la estructura familiar y/o para apoyar una sociedad patriarcal. En estos casos, no había ningún estigma asociado a la disposición de los niños o niñas para este fin.
Y es que aunque como homo sapiens poseemos estructuras neuro endocrinas comparables a las de todos los mamíferos, aún nos falta mucho por comprender acerca de los comportamientos básicos de cómo se genera la protección materna y como el reflejo de la salida de criatura desde el vientre de su madre y la socialización del parto, generan el instinto maternal. Desde una visión histórica que ha tenido este instinto, la filósofa Elisabeth Badinter ha argumentado que el amor maternal no es un instinto arraigado en la naturaleza de la mujer, sino un comportamiento socialmente adquirido, entonces necesariamente incierto e imperfecto.
La maternidad proporciona sentimientos, emociones y experiencias muy intensas pero, también exige un esfuerzo de adaptación, una disposición y ánimo para afrontar esta etapa de manera positiva y saludable, así como un entorno favorable y red de apoyo. Hoy se sabe que un vínculo precoz durante el período perinatal, pueden condicionar la expresión de factores genéticos y la programación placentaria. Con esto, cascadas hormonales que pueden favorecer el estrés desde etapas precoces del desarrollo humano así como un vínculo patológico o anormal entre la madre y su hijo/hija. Así, se ha demostrado que los neonaticidios y el abandono del recién nacido están estrechamente asociados con la negación del embarazo, y son formas graves de victimización infantil.
¿Por qué una mujer que recién ha dado a luz abandona a su criatura? La marginación, la violencia intrafamiliar, los embarazos no deseados por abuso sexual y las adicciones a drogas y alcohol pueden constituir las principales causas. En nuestro medio, muchos abandonos se producen en madres consumidoras de drogas ilícitas.
El abandono de los niños o niñas es un importante problema social y financiero que enfrentan los centros hospitalarios y se ha vuelto más frecuente, según lo demuestran las publicaciones, en las sociedades que se han vuelto consumidoras de drogas. En un estudio se mostró que un hospital de Estados Unidos gastó US$ 2.1 millones para atender a 64 criaturas abandonadas en su centro, y sin embargo, no facilita el óptimo desarrollo, estímulo o crecimiento para una criatura abandonada, además del considerable riesgo de contraer infecciones de origen intrahospitalario.
Se hace necesario fortalecer los programas para disminuir el consumo de drogas ilegales y prevenir las gestaciones no deseadas a través de un control anticoncepcional adecuado. Así, en nuestro medio, a través del Programa Chile Crece Contigo, se presenta la posibilidad de un trabajo conjunto transdisciplinario para dar apoyo a mujeres vulnerables y mejorar los procedimientos de protección infantil.