- Usted está en:
- Portada / Columnas de Opinión / Erica Castro
Lactancia materna
La lactancia es considerada hoy, como un órgano o matriz notablemente compleja, constituida por macronutrientes y una numerosa cantidad de moléculas bioactivas, incluyendo hormonas, factores de crecimiento, antimicrobianos, inmunoglobulinas y metabolitos diversos.
Martes 27 de septiembre de 2016
La leche humana es un fluido biológico específico y adaptado a la especie, para satisfacer las necesidades nutricionales, que permitan el rápido crecimiento de la criatura durante los primeros meses de vida. La leche materna (LM) promueve la salud del/de la lactante, correlacionado con una reducción de la mortalidad infantil, una menor incidencia de enfermedades infecciosas, un mejor desarrollo cognitivo y mejores resultados de salud en general.
Tanto así, que existe evidencia en promover la lactancia en una madre que vive con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), sobretodo en áreas geográficas empobrecidas y con una elevada tasa de malnutrición por desnutrición. Evidencia de esto es que en un estudio de India, compuesto por cerca de 300 parejas madre-hijo, los efectos de la LM se asociaron con mayores tasas de supervivencia de los recién nacidos/as de madres VIH-positivas en comparación con las criaturas alimentadas con leches artificiales, donde la tasa de mortalidad fue casi 10 veces menor.
Y es que la LM es considerada hoy, como un órgano o matriz notablemente compleja, constituida por macronutrientes y una numerosa cantidad de moléculas bioactivas, incluyendo hormonas, factores de crecimiento, antimicrobianos, inmunoglobulinas y metabolitos diversos. Esta composición de la LM tiene variaciones dinámicas y muestra diferencias entre los dos primeros días postparto donde se secreta calostro, la leche secretada unos pocos días después del nacimiento - la cual contiene la mayor concentración de proteínas de la leche bioactivos, tales como inmunoglobulinas y antimicrobianos – y la leche madura posterior. Estos notables cambios y modularidad de la composición de la LM durante la lactancia refleja este extraordinario ajuste a las necesidades del/de la lactante acorde a su etapa de desarrollo.
La leche humana se ha considerado tradicionalmente estéril, sin la presencia de microorganismos. Sin embargo, estudios de los últimos años, han demostrado que la LM es una fuente continua de bacterias para el/la recién nacido/a. Más recientemente, varios estudios han puesto de manifiesto que el calostro y la LM son fuentes continuas de una variedad de relaciones bacterianas, incluyendo algunas naturalmente benéficas o probióticas para el intestino del recién nacido/a. De ahí que hoy se habla que la LM se asocia no sólo a la nutrición infantil, sino también a la nutrición bacteriana que es indispensable para conformar la microbiota intestinal de esta nueva persona.
Este es un hallazgo relevante y maravilloso, donde se ha demostrado que si la criatura amamanta aproximadamente 800 ml /día de leche, estaría ingiriendo entre cien mil a diez millones de bacterias diarias, con predominio de estafilococos, estreptococos, bacterias ácido lácticas como bifidobacterias y lactobacilos. Estas últimas, consideradas no transitorias, sino que componentes de una LM sana.
Por lo tanto, la modulación de la microbiota intestinal materna durante el la gestación y la lactancia, tiene un efecto directo sobre la salud del/de la lactante. Así también, dependiendo de la composición microbiana de la LM, puede conducir a una disbiosis mamaria, con presencia de una desarmonía bacteriana y un mayor riesgo de mastitis, una condición que representa la primera causa médica para el destete o interrupción del amamantamiento no deseado.
Por tanto, una razón más para promover la lactancia materna, pero además, fomentar hábitos saludables en la mujer, con una dieta sana, libre de sustancias tóxicas y de antibióticos que no sea estrictamente necesarios administrar, pues esta huella microbiana intestinal materna, se reflejará en la LM y en la salud de su hijo o hija.