Los desafíos pendientes en el tratamiento de personas con VIH

En América Latina, más de un tercio de las personas con VIH el año 2010 eran mujeres situadas en un contexto de matrimonio o convivencia estable. En la Región del Bío Bío, de 2114 notificaciones por VIH/SIDA desde 1993 a 2013 predominantemente en homosexuales de 20 a 44 años, durante 2013 se observó un aumento de la infección en personas heterosexuales y en el sexo femenino.

Sábado 29 de noviembre de 2014

Los desafíos pendientes en el tratamiento de personas con VIH
escrito por

Erica Castro, matrona y académica IPSUSS, U. San Sebastián, Concepción.

Hace más de treinta años se identificaron los primeros casos de infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), restringidos inicialmente a grupos gays. Hoy la infección por VIH ha cambiado notablemente sus características y perfil, presentando distintas aristas dependiendo del área geográfica que se analice. En términos globales, nos enfrentamos a una epidemia que crece entre la población femenina, que se comporta más agresiva entre los jóvenes y cuya principal vía de contagio sigue siendo la sexual. Durante la última década ha habido un aumento dramático de personas infectadas por el VIH la que continúa creciendo con más de 2.5 millones de nuevas infecciones cada año.

Esta transversalidad de la infección independiente de la orientación sexual no es percibida por las personas. Aún persiste la idea de que el VIH afecta a homosexuales y que dentro del marco de relaciones de parejas hombre/mujer el riesgo de adquirir el VIH es prácticamente nulo. Esto es verdad, pero siempre que el valor de la fidelidad esté instaurado y conversado.

En América Latina, más de un tercio de las personas con VIH el año 2010 eran mujeres situadas en un contexto de matrimonio o convivencia estable. En la Región del Bío Bío, de 2114 notificaciones por VIH/SIDA desde 1993 a 2013 predominantemente en homosexuales de 20 a 44 años, durante 2013 se observó un aumento de la infección en personas heterosexuales y en el sexo femenino.

A fines de 2010, aproximadamente 34 millones de personas vivían con el VIH en todo el mundo, casi 20% más que en 2001, lo que refleja que el tratamiento antirretroviral ha ayudado a reducir en forma significativa las muertes relacionadas al SIDA. Sin embargo, un gran factor que limita el beneficio preventivo del tratamiento para el VIH es que más del 60% de las personas que viven con el virus, desconocen su estado serológico.

De ahí, que de lo que se ha aprendido del manejo y control de esta epidemia: garantizar el acceso a fármacos antirretrovirales, promover el uso del preservativo en los grupos vulnerables como jóvenes y trabajadores/as sexuales, administrar antirretrovirales a mujeres embarazadas para prevenir la transmisión vertical al hijo/a y promover un diagnóstico temprano, han sido las intervenciones más efectivas para reducir la gravedad de la infección.

La educación de conductas sexuales responsables es un medio fundamental de preparar a los y las jóvenes para protegerse del VIH. Pero, además de disponer de servicios integrales de salud para abordar esta pandemia, que garanticen el acceso al tratamiento, la prevención y los cuidados, es fundamental reducir el estigma, la discriminación y la muerte social de quienes la padecen. 

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