En el año 2000, las Naciones Unidas aprobaron Objetivos de Desarrollo del Milenio que caducaron este 2015. ¿Cómo evolucionó Chile en algunos de estos objetivos desde una perspectiva de salud sexual reproductiva (SSR)?

Respecto a mejorar la salud materna, la tasa de mortalidad asociada al embarazo, parto y postparto ha tenido un descenso mantenido desde 1990, alcanzando hoy una de los mejores índices a nivel mundial. Así, si bien en Chile tenemos prácticamente la totalidad de los partos asistidos profesionalmente, las cesáreas se encuentran en alrededor de 50%, una de las tasas más elevadas en el mundo.

Por otra parte, bordeamos 60% de cobertura de acceso a los métodos anticonceptivos y se debe destacar la implementación de la Ley N°20.418 que permite el empleo de la anticoncepción de emergencia. Desde 2010 se ha triplicado el número de consultas al respecto y el 2014 se prescribieron 4193 dosis en adolescentes. Sin embargo en materia de educación sexual como un derecho universal que plantea esta ley, aún hay brechas de acceso e inequidad así como necesidades insatisfechas importantes.

Así, respecto a la tasa de embarazos entre las adolescentes, si bien Chile presenta uno de los índices más bajos en Sudamérica, se ha observado un descenso lento con una maternidad temprana que afecta a los estratos más pobres de nuestra población, donde se puede superar índices de 20% de gestación adolescente.

Respecto al objetivo de combatir el VIH/SIDA, en Chile lamentablemente cerca de la mitad de los casos se diagnostica en la etapa terminal de la enfermedad, donde se presenta alta mortalidad y poca respuesta a la terapia antirretroviral. Así, nos encontramos cerca de erradicar la transmisión del virus de la madre al hijo/a, sin embargo, hoy se observa 134% de incremento de adolescentes viviendo con el VIH.

Promover la igualdad de género y autonomía de la mujer era otro de los Objetivos Milenio. En Chile se ha incrementado la participación laboral de la mujer, pero hay marcadas brechas salariales respecto a los hombres. Los índices de violencia doméstica son elevados, donde una de cada tres mujeres ha vivido violencia física, sexual o psicológica y el número de femicidios se observa en ascenso.

A partir de la nueva agenda propuesta para el 2016-2030, se hace necesario avanzar y trabajar en la igualdad de oportunidades. Se han conseguido importantes progresos en materia de SSR, pero queda mucho por hacer.