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Profesionales de la salud: vocación por cuidar a otros y trabajar en equipo
Persiste el interés por estudiar estas carreras, ubicadas en la cima de la empleabilidad y con buenos estándares de remuneración, dos aspectos que un/una joven de hoy valora en su decisión. Desde el 2007, el área de la salud ha incrementado en más de 20% las vacantes universitarias de primer año.
Lunes 12 de enero de 2015
Chile ha experimentado una notable mejoría del nivel educacional de su población. Cerca del 95% de las personas de 6 a 18 años accede a la enseñanza básica y media y, a continuación, el ingreso a la universidad es la meta por razones económicas, laborales y sociales de un alto porcentaje de jóvenes.
En esta elección, sin duda, la carrera de Medicina es una de las que más atrae a quienes obtuvieron los mejores resultados PSU. Las motivaciones que llevan a estudiarla son diversas: percepción de vocación por dedicarse al cuidado de las personas; una clara orientación biológica durante los años de estudio; tradición familiar o bien el logro de un puntaje notable en que la presión del entorno y el estatus social resultan decidores.
Medicina es impartida en más de 20 centros universitarios, ubicados en la mayoría de las regiones del país, lo que ha favorecido la descentralización, sin embargo, en Chile aún hay déficit de médicos, pues tenemos uno por cada 559 habitantes. Esta brecha también ha afectado a otras profesiones del área de la salud. Así, persiste el interés por estudiar estas carreras, ubicadas en la cima de la empleabilidad y con buenos estándares de remuneración, dos aspectos que un/una joven de hoy valora en su decisión. Desde el 2007, el área de la salud ha incrementado en más de 20% las vacantes universitarias de primer año.
Pero, para estudiar Medicina, Enfermería, Kinesiología, Obstetricia u otra carrera de este ámbito, estos jóvenes deben contar con una alta dosis de convicción, vocación y entrega, que son la esencia que justifica el dedicarse por entero al servicio público y al cuidado de las personas. Hoy sabemos que sólo 44% de los/las personas egresadas trabaja en el sector público y muchas plazas se encuentran vacantes en las áreas rurales y apartadas del país.
Nos enfrentamos a grandes desafíos de salud, los que se encuentran explicitados en las metas sanitarias para la década. Para su logro, además de la especialización en nuevas áreas de la Medicina y afines, la promoción de la salud y el trabajo comunitario son primordiales. Es así que la calidad de la atención en los servicios de salud se ha transformado en uno de los aspectos fundamentales de la Medicina actual.
Para el éxito de este modelo, las prestaciones se desarrollan en diferentes niveles, desde pequeños dispensarios, centros de salud familiar hasta complejos centros hospitalarios. En esta red organizacional cada persona administrativa, técnica o profesional es vital y el trabajo en equipo resulta fundamental.
En la Medicina de hoy, la adecuada atención de las personas va más allá de la excelencia individual del o la médico que las asiste. Se requiere de un trabajo en equipo multiprofesional e interdisciplinario, con una comunicación e interacción dinámica entre los/las miembros de las diferentes disciplinas. Así, la confianza, la empatía, el interés, la honestidad, la sensibilidad y el respeto son fundamentales en cada profesional de la salud y afín que hoy egresa.