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A tres años de la ley de tabaco: un asunto de libertades
Este 8 de febrero se cumplen 3 años de la ley de tabaco que prohibió fumar en espacios cerrados de libre acceso al público. El proyecto de ley, que tardó dos años en tramitarse, partió con un tibio apoyo ciudadano y muchos detractores, situación que cambió durante su paso en el Congreso y que se ha visto reafirmada en estos tres años de vigencia de la ley. Hoy la política de tener espacios cerrados libre de humo de tabaco es apoyada por la inmensa mayoría de la población.
Viernes 5 de febrero de 2016
Este 8 de febrero se cumplen 3 años de la ley de tabaco que prohibió fumar en espacios cerrados de libre acceso al público. El proyecto de ley, que tardó dos años en tramitarse, partió con un tibio apoyo ciudadano y muchos detractores, situación que cambió durante su paso en el Congreso y que se ha visto reafirmada en estos tres años de vigencia de la ley. Hoy la política de tener espacios cerrados libre de humo de tabaco es apoyada por la inmensa mayoría de la población.
Esta ley es producto del reconocimiento que hizo el Estado chileno a la protección de la salud en materia de ambientes libres de humo de tabaco. Tras la aprobación por parte de Chile del Convenio Marco de Control de Tabaco de la OMS, la protección de las personas del humo de tabaco pasó a tener rango constitucional, por lo que se hacía absolutamente necesario adecuar la obsoleta y poco efectiva legislación que tenía Chile en la materia hasta el año 2013.
Con la publicación de la ley que estableció espacios cerrados públicos libres de humo de tabaco, Chile no sólo honró sus compromisos internacionales, sino que también dio un paso adelante en la defensa del derecho fundamental que garantiza el libre e igualitario acceso a las acciones de salud y al respeto a la integridad física de las personas.
Sin perjuicio del avance en materia de protección de los derechos que representó la ley de tabaco para todos aquellos adultos no fumadores y menores de edad, existe aún un gran trabajo que hacer en la materia. En primer lugar, es necesario aumentar la inspección de la prohibición de hacer publicidad del tabaco. Esta limitación se impuso en la nueva ley de tabaco, pero en la práctica, ha tenido poca fiscalización por parte de la autoridad sanitaria y las municipalidades, lo que ha significado que, año a año, la industria haya ido introduciendo nuevos conceptos de marketing que están expresamente prohibidos por la ley. Este punto es de vital importancia, dado que a través de la publicidad en los puntos de venta la industria tabacalera puede fomentar el consumo en niños y jóvenes los que, una vez adictos, permanecerán así de por vida.
En segundo lugar, es necesario perfeccionar la normativa legal vigente. Eliminar los aditivos de los cigarrillos y así hacerlos menos atractivos para niños y jóvenes es fundamental. Asimismo, un alza en los impuestos también se ha mostrado como una medida efectiva para evitar el consumo de menores de edad. Finalmente, es necesario aumentar los espacios de protección del humo de tabaco para niños y jóvenes. En ese sentido, el proyecto de ley que se discute en el Congreso para declarar como libres de humo de tabaco algunas plazas y parques, así como un espacio determinado de las playas, va en una dirección adecuada.
Muchos han visto en estas políticas medidas atentatorias a las libertades de las personas, cuando, en realidad, es precisamente lo opuesto. Las políticas públicas que restringen los lugares en que se puede fumar no hacen más que proteger la libertad que tienen los no fumadores de hacer una elección por su salud y la de sus hijos. Asimismo, una vez que Chile firmó un tratado de derechos humanos en la materia como es el Convenio Marco de Control de Tabaco, el Estado se ve en la obligación constitucional de garantizar a todas las personas estos derechos. En definitiva, a tres años de su promulgación, la nueva ley de tabaco ha significado un gran avance en materia de política sanitaria, así como un respeto a las libertades de aquellos que han elegido por su salud y la de su familia.