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Advertencia: Estamos retrocediendo en materia de control de tabaco.
La semana pasada fue muy buena para la industria tabacalera. Se presentaron las nuevas advertencias de los productos para fumar, las que significan un importante retroceso en materia de control de tabaco. Desoyendo todas las directrices internacionales, el MINSAL presentó un nuevo set de imágenes que se ajustan más a los intereses de las tabacaleras que a campañas que busquen desincentivar el consumo de tabaco.
Martes 23 de febrero de 2016
La semana pasada fue muy buena para la industria tabacalera. Se presentaron las nuevas advertencias de los productos para fumar, las que significan un importante retroceso en materia de control de tabaco. Desoyendo todas las directrices internacionales, el MINSAL presentó un nuevo set de imágenes que se ajustan más a los intereses de las tabacaleras que a campañas que busquen desincentivar el consumo de tabaco.
En primer lugar, es necesario aclarar que las nuevas advertencias se presentaron con más de 6 meses de retraso en relación a lo mandatado por la ley de tabaco. Esto crea el inconveniente de que las advertencias existentes van generando costumbre entre los que las observan, por lo que pierden el impacto necesario acerca de los daños que el tabaco produce, mitigando así el poder informativo que estas tienen.
Sin embargo, lo más dramático de las nuevas advertencias es la reducción en su número. Si bien el MINSAL tuvo la oportunidad de elegir entre 6 set de imágenes, sólo se eligieron dos, lo que evidentemente permite entregar menor información al consumidor de cigarrillos, así como generar un acostumbramiento mayor en los usuarios producto de la repetición de las mismas. A esto, debe agregarse que las nuevas imágenes carecen del impacto que había caracterizado las campañas anteriores, lo que en definitiva, generará que sean obviadas por la población al poco tiempo de su implementación, generando un aporte muy pequeño en materia de atención sanitaria.
Como punto positivo, en cambio, podemos señalar la inclusión de un número de teléfono que supuestamente debiese ayudar en el tratamiento de la adicción. La efectiva implementación de este servicio impone una tarea titánica que puede ser muy útil, sin embargo, aún debemos conocer la manera en que el MINSAL ejecutará este programa. Si no hay un especialista en cesación tabáquica al otro lado del teléfono una vez que alguien llame, esta novedad no tiene ningún valor agregado.
Al limitado impacto que tendrán las nuevas advertencias, hay que sumarle la nula fiscalización que ha tenido la ley en materia de prohibición de la publicidad y el hecho de haberle quitado el Gobierno la urgencia al proyecto para modificar la normativa de control de tabaco en el Congreso desde octubre del año pasado (lo que en la práctica le da muy bajas posibilidades de transformarse en ley). Después de un 2015 que se veía complejo para la industria, si yo fuese ejecutivo de alguna tabacalera, estaría sacando cuentas muy alegres este 2016.